2. Cuenta atrás

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Esa noche dormí como otro día cualquiera. Estaba en la cama despierta, cuando mi madre abrió la puerta y fue cuando me sorprendió algo que llevaba en la mano. Era una pequeña caja perfectamente envuelta por papel de regalo en tonos verdes.
- Buenos días, Danna. - dijo ella.
- Hola... - conteste yo algo fría mientras observaba los detalles del papel de regalo.
- Esto es para ti. - me acercó el regalo, esperando a que lo cojiese. Miré el regalo, miré los ojos de mi madre y luego mire de nuevo el regalo. Para no hacerle el feo a mi madre lo cojí y le dije:
- Si crees que arreglas algo, permiteme decir que te equivocas, pero gracias. - lo abrí lentamente bajo la mirada de mi madre, hasta que una pequeña caja negra se dejó ver entre tanto papel verde.
- ¡Ábrelo! - me animó mi madre un poco impaciente por mi lentitud. Le obedecí y pude observar en el interior de la caja un collar dorado, con un corazón con diseño y que se podía abrir. Sin duda, era precioso.
- ¿Te gusta?
- Siii... - Dije yo con los ojos iluminados mientras lo cojía y me lo ponía - ... es precioso.
- Hija, dentro de unos días te irás... Supongo que tu hermano te contó como van las cosas, ¿no? - Asentí con la cabeza y me levante de la cama en dirección a la cocina al lado de mi madre que me iba contando otros detalles del viaje. Mientras desayunabamos ella me contó cuando salía el avión, a que hora llegaba, me dió un diccionario de bolsillo por si tenía algún problema...
- Ahora tendrás que preparar tu maleta, si quieres te ayudo. - Se ofreció.
- Vale... ¿Y Luke y papá? - Hoy era sábado por lo tanto mi padre no trabaja y mi hermano suele salir a la biblioteca o con el skate con sus amigos.
- Tu hermano y tu padre han salido a comprar algo. - ¿Cómo que algo? Que tipo de respuesta más misteriosa me dió mi madre. Cuando quedé sumisa en mis pensamientos fue que oí la puerta abriendose. No me lo pensé y fui a ver que es lo que se supone que compraron.
- ¡Heyy! Ya llegué. - Dijo Luck mirandome.
- ¿Y papá?
- Mmm... Nose. - Mintió. Conozco suficiente a mi hermano como para diferenciar cuando miente o cuando dice la verdad.
- Luke, dime la verdad...
- ¡Qué no sé! - Antes de montar un problema, dejé pasar esta mentira, tenía cosas que hacer, además tarde o temprano descubriría que fue lo que había estado haciendo mi padre.
Ignorandolo completamente me dirigí con paso ligero hacia mi cuarto, cerré la puerta y cojí mi móvil para contarle la terrible noticia a mis amigos más cercanos y a mi novio. Decidí mandarle un Whatsapp a todos mis amigos menos a mi meja y a mi novio. Los voy a extrañar mucho.
- ¿Holaa? ¿Gabriielaa? ¿Cómo estás? - Estuvimos hablando durante un buen rato hasta que surgió el tema.
- El martes íbamos a ir a dar una vuelta y a comernos helados y eso... ¿Te vienes? - Dijo ella al otro lado de la línea. En ese momento fue cuando recordé el verdadero motivo de la llamada.
- ¿Dannaa? ¿Sigues ahí?
- Si, si... Te quería contar una cosa. Mira... No puedo ir porque, emmm... Me voy a Londres todo el verano de intercambio.
- ¿Queee? ¿Es enserio? Tia, no puede ser. Oh, dios.
- Me lo dijeron mis padres más llegar a mi casa el viernes. Yo tampoco me lo creo.
- ¿Y todos tus planes? ¿Y la fiesta de Maya? ¿Y el campamento? ¿Y la piscina climatizada?
- Olvidalo, todo se ha ido al garete. - cuando le expliqué todo a mi mejor amiga, ella no se lo creía. Ahora era el turno de avisar a mi novio.
- Jajajaja, sería muy gracioso. Anda, Danna, no me lo creo.
- Yo tampoco, pero ahora mismo me disponía a hacer las maletas, pero creo que mereces saberlo.
- Pero... - Cuando terminé las dos llamadas y anuncié uno a uno de mis amigos mi inesperado viaje empezé a hacer la maleta. No me puedo creer que esto esté pasando.
- Cuatro jeans, dos leggins, cinco camisetas, dos pijamas, cinco pares de calcetines, tres sudaderas, dos chaquetas, cuatro pares de zapatos... ¿Qué me falta? ¡Un bikini! Aunque no creo que lo utilize... Por si acaso... Vale, en el neceser llevo todo, sólo falta el cepillo de dientes que lo añadiré mañana... ¿Ya está? - Cuando miré el reloj me di cuenta que ya era hora de almorzar. Me dirijí a la cocina:
- Mama, ¿las albondigas que hay en la sartén son para almorzar? - Nadie respondió. Había un silencio inmesó en toda la casa.
- ¿Mama? Me muero de hambre asi que me tomaré eso como un sí. - Grité un poco más alto para asegurarme de que me había oido. Pero no escuche ninguna respuesta. Me dirijí a su cuarto para comprobar que no estaba allí y luego a la sala de estar.
- ¿Luke? Tampoco... - Ni mi madre, ni mi padre ni mi hermano estaban en la casa, registré cada habitación y no vi rastro de ningún ser vivo. Volví a la sala de estar para asomarme por la ventana y respirar aire, me empezaba a agobiar, pero de camino me dí cuenta de algo. Una hoja pequeña de papel con algo escrito estaba en uno de los cojines del sofá. Lo sostube en mis manos, lo que de verdad me sorprendió era el mensaje que había escrito en él:

"A las 7 te quiero en el cine Seromeña"

No todo es casualidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora