Capítulo 11

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Jason vivía en una casa de dos plantas con jardín, piscina y garaje, situada a las afueras de la ciudad de Sunbeach. Era una casa grande y muy amplia. La planta baja estaba compuesta por el hall de entrada, una amplia estancia que hacía de cocina y comedor, un gran salón con chimenea, un despacho y un aseo. En la planta superior estaban las cinco habitaciones, todas ellas con baño, y un pequeño gimnasio. El garaje estaba anexado a la casa y un pasillo lo conectaba a la cocina y a unas escaleras que llevaban al apartamento independiente que había sobre el garaje en el cual vivía Vladimir y su esposa Gisela.

Cuando Vladimir aparcó el coche en el garaje de casa de Jason ya eran más de las dos de la madrugada. Valeria se despertó al escuchar abrirse la puerta del vehículo y cuando abrió los ojos se encontró entre los brazos de Jason, que caminaba cargando con ella.

- ¿Dónde vamos? ¿Qué pasa? - Preguntó Valeria aturdida.

- No pasa nada, sigue durmiendo. - Le susurró Jason al oído.

Jason le hizo una señal a Vladimir para que le esperara en su despacho y continuó cargando con Valeria escaleras arriba hasta llegar a una de las habitaciones de invitados, la que estaba justo al lado de la suya, donde la depositó con sumo cuidado sobre la cama. Jason le quitó los botines y la arropó con una manta mientras ella, medio dormida, se dejó hacer. Jason aseguró de que Valeria estaba cómoda y, al verla dormida de nuevo, depositó un dulce beso rozando la comisura de los labios y bajó las escaleras para reunirse con Vladimir en su despacho.

- ¿Alguna novedad? - Preguntó Jason.

- Estaba a punto de preguntarte lo mismo. - Se mofó Vladimir.

- Valeria está cansada, apenas ha dormido y no he querido despertarla. - Le replicó Jason un poco molesto, no quería pensar en lo que Valeria le hacía sentir. - ¿Has podido localizar a Luke Benson?

- Ha sido imposible. - Le confesó Vladimir. - Ese tipo es un pez gordo y tiene a muchos que cuidan de él, no permitirán que nos acerquemos. Si quieres seguir tirando de ese hilo tendrás que hablar con la chica del tema. Fue su novio durante dos años, puede que incluso siga manteniendo contacto con él.

Jason se tensó, apretó los puños y sus ojos se volvieron de un gris tan oscuro que apenas se podía diferenciar el iris de la pupila. Cada vez que pensaba en un hombre cerca de Valeria la furia le invadía por todo el cuerpo y era incapaz de controlarlo. Por mucho que trató de contenerse, Jason no pudo evitar golpear con fuerza la pared de su despacho, necesitaba desahogarse y soltar toda esa ira que había estado acumulando a lo largo de la semana.

- Dime una cosa, Jason. - Le dijo Vladimir mirando a su amigo a los ojos. - ¿Qué intenciones tienes con ella? - Jason le sostuvo la mirada pero no respondió. - La conoces desde hace diez días, aceptas un trabajo que no necesitábamos y que nos ha complicado la vida a todos y lo has hecho solo por estar con ella. Has utilizado todos los recursos de la agencia para protegerla como si fuera un cliente más, pero no lo es porque la has traído a tu casa y con la intención de que se quede una temporada. - Jason estaba cada vez más furioso y Vladimir se percató de ello. - No te estoy reprochando nada, tan solo trato de entenderte.

- Ni siquiera yo me entiendo. - Bufó Jason. - No puedo quitármela de la cabeza y mi prioridad ahora es su seguridad.

- Te conozco desde hace años y nunca te he visto así por una chica, solo te ha interesado el sexo con ellas. - Comentó Vladimir.

- Me intereso por Gisela y nunca he tenido la menor intención de hacerlo con ella.

- Gisela es mi mujer y casi una hermana para ti, ella no cuenta. - Le respondió Vladimir marcando su terreno.

Confía en mí #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora