Capítulo 12

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Durante dos horas, Jason, Vladimir y Klaus estuvieron sentados en el despacho mientras organizaban una estructura de seguridad para Valeria y decidían qué doce agentes intervendrían en la operación.

Jason dejó que Vladimir y Klaus se encargarán de informar y dar instrucciones a la docena de agentes y él se dirigió a la cocina para preparar el desayuno de Valeria. Nunca antes le había preparado el desayuna a una mujer, excepto a su madre, a quién él y sus hermanos le llevaban a la cama el desayuno el día de su cumpleaños. Preparó café, zumo de naranja recién exprimido, tostadas, galletas y cereales, lo colocó todo sobre una bandeja y la llevó a su habitación.

Cuando abrió la puerta se encontró a Valeria dormida sobre la cama y no pudo evitar sonreír y pensar que estaba preciosa. Dejó la bandeja sobre la cómoda y se sentó en la cama junto a ella, contemplándola dormir durante unos segundos antes de despertarla.

- Buenos días, Valeria. - Le susurró mientras le acariciaba el brazo con ternura. - Te he traído el desayuno, ¿tienes hambre?

- Un ratito más. - Le rogó Valeria escondiendo la cabeza bajo la almohada. - Túmbate un rato, ya verás qué bien se está.

- Me encantaría tumbarme un rato contigo, créeme. - Murmuró Jason entre dientes y, tras coger aire para mantener el control, le susurró al oído: - Tienes que ponérmelo fácil, ¿lo recuerdas?

Valeria sacó la cabeza de debajo la almohada y le miró a los ojos sin acabar de entender lo que le acababa de decir. Jason le dedicó una traviesa sonrisa y entonces fue Valeria la que respiró profundamente y trató de calmar el deseo que invadía su cuerpo cuando estaba cerca de Jason. Se incorporó apoyando la espalda en el cabezal de la cama y Jason le colocó la bandeja sobre las piernas.

- Tenemos una conversación pendiente. - Empezó a decir Valeria mientras se llevaba la taza de café a los labios.

- Primero desayuna, después hablaremos. - Sentenció Jason.

Valeria rodó los ojos, Jason era un mandón. No obstante, Valeria le obedeció y desayunó en silencio bajo la atenta mirada de Jason. Cuando ya no pudo comer más, Valeria se volvió hacia Jason y, retirando la bandeja hacia a un lado, le dijo a Jason:

- Ya he terminado, ¿podemos hablar ahora?

Jason cogió la bandeja del desayuno y la dejó sobre la cómoda. Se sentó de nuevo sobre la cama junto a Valeria y le dijo:

- Iré al grano. Hasta que todo este asunto se calme, necesitarás protección. - La miró a los ojos y añadió: - Sé que tenías la intención de instalarte en el apartamento de Olivia, pero si te quedas aquí todo será más cómodo y seguro para todos.

- ¿Quieres que me quede aquí? - Le preguntó Valeria sorprendida.

- Así es. - Le confirmó Jason.

- No quiero seguir molestándote y...

- Valeria, ambos hicimos una promesa. - Le dijo interrumpiéndola. - Tú me prometiste que dejarías que yo me encargara de todo y yo te prometí que cuidaría de ti y te protegería. - Le recordó Jason. - Cumple tu promesa y deja que yo cumpla la mía.

- Está bien, de acuerdo. - Aceptó Valeria. - Pero voy a tener que hacer algunas llamadas y me has quitado mi teléfono móvil.

- Ya tenemos tu nuevo número de móvil, la tarjeta va a nombre de la agencia para evitar que lo localicen. - Le dijo Jason. - Por cierto, ¿seguimos teniendo planes para el sábado por la noche? - Valeria lo miró confundida y Jason le aclaró sonriendo: - La cena en casa de tus padres.

Confía en mí #Wattys2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora