Taisho's Maid

«4»

- ¿Estás despierta?

Su voz desde el aparato le parecía más ronca y grave de lo habitual.

- Si. - contestó deprisa.

Hoy se había "escapado" del departamento de Taisho.

Había decidido pasar la noche tranquila, en su cama y en su propio hogar, por lo que esa llamada no la tomaba por sorpresa...¿Iba a reñirla?

Se escuchó al chico soltar una risita.

- Kagome, quítate las bragas. Quiero que te toques mientras te digo todo lo que había pensado para esta noche.

-¿Qué?

- Que te quites las bragas y te masturbes... Sabes hacerlo sola, ¿verdad?

Kagome suspira y dirige sus manos a su parte íntima.

- Sé una buena chica y tócate.

- Si...

- piensa que soy yo quien te toca... gime para mí...- susurró por el teléfono- vamos, Kagome, déjame oírte...- se rió al escuchar jadeos.- hazlo más rápido, no te des tiempo para reaccionar, solo hunde tus dedos...- la escuchó gemir- así, sigue así...

Sus palabras sucias hacían que las mejillas de la azabache ardieran, ¿de dónde sacaba tanta perversión? Solo tenía 17.

- me encantas, - soltó de repente- dime algo...¿Qué me harías Kagome?

-yo...- gimió- te besaría...

Y era cierto, lo único que pasaba por su mente eran esos perfectos labios dedicándola sucias palabras besando su cuerpo.

- Dios... Kagome...

- imagina que estoy ahí, Inuyasha-kun

- no podría imaginarme a otra...

Las palabras sobraban mientras gemidos y jadeos eran escuchados por la línea telefónica.

- te espero, mañana, a las puertas de mi preparatoria. Lo estaré deseando... dulces sueños Kagome.

Y con ello colgó mirando cuan sucio había quedado, necesita una ducha, una ducha de agua fría...

Al aproximarse al baño se encontró con una foto en la pared, que quitó rápidamente y guardó en un cajón no sin antes mirarla con recelo.

Eran él y sus amigos dos años atrás y, a lo lejos del grupo de la foto se podía divisar una figura femenina que él conocía demasiado bien.

- pronto te lo contaré todo, Kagome-senpai.