Capítulo 2

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Kaito se encontraba parado frente a una puerta morada, con el brazo levantado y su puño cerrado, en señal de tocarla. Pero no lo hizo.

¿Y si Gakupo no quería que lo molestara? ¿Y si se enfadaba con él? ¿Y si le gritaba? Él no quería eso, no. Se dispuso a marcharse, pero la puerta se abrió y dejó a la vista un alto hombre de cabellos morados, tan largos que casi tocaban el suelo. El mayor estaba fumando, notorias ojeras se posaban debajo de sus ojos y tenía una mueca de fastidio, pero la cambió por una de sorpresa al ver al ojiazul parado frente a él.

—¡A-ah! H-hola, Gakupo-san... — Kaito estaba sorprendido, no había pensado en la posibilidad de que Gakupo salga por su propia cuenta.

—¿Qué quieres? — preguntó desinteresado.

—Uhm, bueno... Su amiga dijo que la llamase cuando quiera divertirse con ella... — jugaba con sus dedos mientras los miraba, se ponía nervioso ante su intimidante presencia.

—Tsk.

—Y... También dijo que cuando ustedes lo hacían, usted gritaba mi nombre... ¿Puedo saber qué estaban haciendo? — Kaito dijo entusiasmado, con una chispa de luz en sus ojos.
En cambio, el samurái se encontraba atónito ante las palabras del menor y a la vez enfadado con la estúpida de Rika, ¿¡es que esa rubia no podía mantener la boca cerrada, sin un pene en ella!?

—Ugh, nada... — debía evitar mirarlo, estaba auto controlándose para no abalanzarse encima de él, era demasiada inocencia junta en un pequeño y adorable ser.

—Pero Gakupo-san, debe ser algo divertido, ¿no? Siempre escucho risas proviniendo de su habitación... ¡Yo también quiero hacerlo, y gritar su nombre!

𝖕𝖆𝖎𝖓𝖋𝖚𝖑 𝑖𝑛𝑛𝑜𝑐𝑒𝑛𝑐𝑒 »gakukaiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora