𝖕𝖆𝖎𝖓𝖋𝖚𝖑 𝑖𝑛𝑛𝑜𝑐𝑒𝑛𝑐𝑒 »gakukai

Capítulo 5

Kaito se despertó en una cama que no era la suya, miró para todos lados y parecía ser el cuarto de Gakupo. Quiso levantarse, pero un fuerte dolor de caderas y de cabeza le impidió hacer movimiento alguno.
Luego de unos segundos intentando inútilmente levantarse, cayó en la cuenta de que estaba desnudo.

—Mng... — oyó un quejido a sus espaldas, no entendía qué pasaba. Cuando volteó vio a... ¿¡Gakupo!? Bueno, era su cuarto, Era lógico que esté ahí, ¿pero por qué durmieron juntos?

Se percató de que su contrario estaba desnudo también, planteándose una sola pregunta; ¿Qué había pasado el día anterior?

—A ver... — repasó en voz baja, intentando no despertar al samurái. —Primero fuimos a beber... Uhm... Después creo que me emborraché... — sintió una punzada de dolor en el entrecejo. —Definitivamente, ayer me pasé de copas. —

—Ngh... — el menor se asustó por el sonido que produjo el otro, que pegó un brinco haciendo que cayera al suelo y que un estruendo sonara por toda la habitación. —¡Agh! — Gakupo se sonresaltó por un reflejo, pero un dolor inmenso de cabeza impidió que dijera o hiciera algo.

Cuando por fin su dolor pasó, quiso ver de dónde provino el estruendo, pero se dio cuenta que estaba desnudo. Esperen, ¿desnudo? No había ninguna fémina a su lado, tampoco recordaba haber llevado alguna a la casa desde que Kaito le hizo aquella propuesta.
Miró por toda la habitación, buscando un índice o pista del por qué estaba sin ropa. Y lo encontró.

Una bufanda azul yacía en el piso, cerca de la puerta.

–Ay, no... – pensó, si era lo que creía, ¿dónde estaba el azulado? Se paró y buscó unos jeans, se los colocó y se dispuso a buscar a Kaito. No tardó mucho, ya que lo vio abrazando sus rodillas justo junto a la cama. Lo estaba mirando con esos zafiros resplandecientes, que en esos momentos irradiaban duda y confusión.

—Kaito... — lo llamó el pelimorado, algo asustado.

—¿Q-qué hicimos anoche...? — no lo sabía, y el hecho de que ambos estuvieran desnudos lo intrigaba más.

—N-nosotros... — se sentía culpable de haberse aprovechado del pequeño así, mientras estaba vulnerable, y además no recordar con claridad las –probables– más hermosas partes del chico. Pero por otra parte, se sentía aliviado que él no recordara nada, tal vez así podría seguir teniendo esa dulce inocencia suya. —No lo recuerdo... — mintió.

—Oh... — soltó el menor desconcertado y algo abrumado, su cabeza dolía así que su cerebro no procesaba bien la situación.
Estaba cansado, así que volvió a recostarse junto a Gakupo.

—K-Kaito, ¿qué haces? — sabía muy bien que lo que el menor estaba haciendo era algo peligroso, que sin darse cuenta lo torturaba tan dolorosamente. La impotencia de no poder tocarlo lo estaba matando lentamente, como una llama que crecía en su interior cada vez más.

—Sólo dejame dormir un poco más, es cómodo a tu lado. — dijo el peliazul mirando al samurái con un aire inocente reflejado en sus ojos.

Gakupo estaba en su límite y también se preguntaba cómo Kaito no había hecho tantas preguntas.
El menor se dio vuelta, dándole la espalda al contrario, el cual le abrazó por inercia y rápidamente quitó su brazo al darse cuenta de lo que hacía.
Pero Kaito tenía otros planes, se volteó nuevamente e hizo que Gakupo lo abrazara de la cadera.
Era una situación bastante tierna, ambos abrazados en la cama, respiraciones sincronizadas, con una expresión pacífica en sus rostros.

Pero repentinamente, Kaito abrió los ojos y miró a su acompañante con perversión y lujuria.

—Oh, mi querido Gakupo. — susurró. —No soy tan inocente como aparento ser, hace años que terminé con esta dolorosa inocencia. — rió bajito, para que no lo escuchara y segundos después quedó dormido, con una sonrisa de satisfacción. Su juego de inocencia apenas comenzaba.

✖⭐✖⭐✖⭐✖⭐✖⭐✖

Laic por ese final inesperado ahre
Sí, la historia termina acá :):):) #bdbx Aunque falta el epílogo, lo publico en unos minutos. Ggg, bueno, espero que les haya gustado, tenía ganas de publicar una mini-historia que incluya a mi otp :')
So, gudbai pipol.

~Defender of justice, Kaito⭐