death words l ✡ kookmin

F i n a l

Capítulo dedicado a notminyg
Felicidades, dulzura♥

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❝Espejismos❞

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Todo el tiempo pensé que mi vida era perfecta junto a quien amo, pero todo mi mundo se vino abajo con sus palabras. Esto no podía ser verdad. Jungkook no podría estar muerto porque yo soy Jungkook.

Taehyung es un mentiroso que sólo quiere hacerme sufrir y confundir más mi mente de lo que ya está. Jungkook no es el que está recostado sobre la cama. No puede ser él quien me mira con esos ojos tan apagados.

Esos faroles oscuros no pueden pertenecerle a la única persona que de verdad me ha amado. No, es imposible. Por más que mire mi reflejo en el espejo sigo sin creer ninguna de las palabras de quien fue alguna vez mi mejor amigo. — ¿Recapacitar? No estoy loco y no tengo nada que recapacitar— me digo a mí mismo y me acerco al chico de mirada penetrante.—Hola, amor.— le hablo dulcemente mientras tomo a Jimin entre mis brazos, su boca se abre pero su cuerpo esta lánguido. No puede ser cierto.

Lágrimas amargas caen por mi rostro e impactan con el rostro del chico que se encuentra entre mis brazos. Sus ojos no se cierran a pesar de tener mis lágrimas cayendo directamente sobre ellos. Grito en frustración y le apego a mi pecho con todas mis fuerzas, mientras mis gritos angustiosos son callados por el hueco ubicado entre su hombre y cuello.

Ahora lo recuerdo todo y dejo salir el dolor que me hizo encerrarme en ese pensamiento. El shock me cegó y yo me dejé guiar por eso.

Mi corazón se oprimió contra mi pecho y besé sus fríos y resecos labios. ¿Cómo fui tan ciego? Acaricio su rostro con mis pulgares para luego cerrar sus ojos con los mismos, siempre un fue un ángel cuando dormía, pensé y una sonrisa se asomó por mis comisuras. Eso quiero creer, Jungkook no está muerto, él está durmiendo con los ojos abiertos otra vez. Me repito una y otra vez aquellas palabras para intentar convencerme de ello, pero es en vano.

Mi excompañera vuelve a hacer su maldita aparición, rompiendo así la promesa que alguna vez hice, miro sus ojos cerrados y vuelvo a abrirlos para que me mire, pensando que tal vez fue sólo mi imaginación y que estos volverían a tomar esa calidez que solían poseer. Me equivoqué.

Soy recriminado por aquellos orbes vacíos de vida. Sellamos nuestra promesa con un beso, pero hoy la rompo para estar a tu lado ¿Estoy haciendo las cosas mal? ¿Por qué no pareces feliz?

La fría brisa que se cuela por aquel vidrio roto acaricia mis venas, por más que trato de buscar una razón para aferrarme a la vida; todo lo que veo es oscuridad. Las náuseas me acompañan y envuelven en sus tonalidades de dolor. El aroma a muerte se mezcla con el tuyo, impregnando nuestras sábanas en aquella horrible esencia que se va tiñendo con mi sangre.

Pedí ser efímero como un segundo, pero nací de carne y hueso haciendo más doloroso el tiempo en el que mis pies descalzos toman contacto con el frío suelo. Las tablas están húmedas y susurran mi consuelo al saber que ellas serán las receptoras de mi dolor.

Yace un cuerpo sin vida sobre el colchón de mi cama y no puedo hacer nada para devolver el tiempo atrás y así devolverle el retumbar de los latidos de su corazón.

Los gritos son acompañados por las lágrimas y la agonía de descubrir que quien más amas; yace dormido en aquel profundo sueño que promete el paraíso.

No puedo ser fuerte y agarrarme con uñas y dientes a este mundo que no me pertenece pues mi vida ya dio su último suspiro hace mucho tiempo atrás.