CAPITULO 21 La boda. Parte II.

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--Hiroki---

William me apretó mi mano y me dedico una mirada fría, me sentí tan nervioso e inseguro.

-Te lo volveré a repetir, -comento el padre- Kamijou Hiroki, acepta al príncipe William para amarlo y respetarlo, estar a su lado en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza todos los días de su vida.

-S-sí, -suspire- acepto.
-Y usted príncipe William, acepta a Kamijou Hiroki para amarlo y respetarlo, estar a su lado en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza todos los días de su vida.
-Claro que acepto. –sonrió.
-Por favor colóquense los anillos.

William me coloco un anillo de oro encima del anillo de compromiso que me dio, al igual que yo le colocaba el suyo.

-Entonces si no hay nadie que ose interrumpir esta boda, los declaro esposos. –comento el padre.


William me tomo del mentón y me beso, me mordió el labio para que abriera más mi boca y poder introducir su lengua, odio esa sensación...


Escuche como reventaban todos en aplausos, pero no me importo, quería irme de ese lugar, quería desaparecer o por lo menos estar en brazos de otra persona.



William fue aceptando los abrazos de las personas que a decir verdad solo eran duques, príncipes y gente de la alta sociedad, no entiendo porque no le gusta estar con las demás personas. Me vi obligado a aceptar las felicitaciones de las personas, colocando una sonrisa forzada que transmitiera "la felicidad que siento" por ser el esposo de William



Una melodía lenta y alegre comenzó a sonar en la parte contraria del salón, William estiro su mano y yo la tome, me llevo en medio de la sala y coloco una mano en mi cintura y me acerco más a él, nuestros pies se movían conforme la melodía.



-Por fin te tengo Kamijou Hiroki. –suspiro- No sabes lo mucho que he esperado para esto.

-Oh.
-Y más aún, -me pego a su cuerpo- tenerte entre mis brazos y hacerte el amor.
-William por favor.
-No Hiroki, he esperado mucho tiempo para tenerte y no esperare más, además hoy es nuestra noche de bodas y te hare mío.
No dije más porque la música impedía hablar, sus palabras me estremecieron por completo...



---Ald---

Tuve que detenerme a descansar ya que el caballo estaba cansado, me quede mirando hacia el oeste, en parte me alegre ya que podía divisar el reino de la rosa, pero por otro lado no llegaría para impedir esa boda...
Aguanta mi ángel no tardare en llegar te lo aseguro.



---Raven---


Maldita sea Damon, como se atrevió a dejarme aquí.
-Humm que hermosa cabaña. –escuche una voz masculina.
No por favor, ¿enserio?
-Sí tal vez deberíamos ocultarnos aquí. –comento otra voz.
Parece que son ladronas, te maldigo mil veces Damon. Abrieron la puerta y vi a dos hombres corpulentos, uno de cabello rojo y otro de cabello gris.
-Oh, pero mira que hermosa vista tenemos. –rio el pelirojo.
-¿Qué es lo que quieren?
-Jojojo pero tranquilo hermosura, parece que no estás en condiciones de ordenarnos, ya que te encuentras atado. –comento el peligris y se acercó hasta donde estaba.
-¿Y si no me alejo qué? –comento mientras me acariciaba la mejilla.
Por qué tenía que pasarme esto a mí, habiendo tantos lugares tenían que venir a este.



---Hiroki---

William se la pasaba tomando todo el alcohol que podía, al igual que muchas mujeres lo rodeaban, me alegre de que así fuera, por lo menos podía estar tranquilo. Me la pasaba paseando de un lado para el otro mientras saludaba a las personas que me encontraba.
Después de algunas horas los invitados se fueron retirando, haciendo que mi corazón latiera más rápido de lo normal.


-Hi-Hiroki. –dijo William.

-Parece que tomaste demás.
-Eso no me importa, tú esta noche serás mío.
Me tomo de la muñeca y me jalo hacia su habitación aventándome con brusquedad a su cama.
-William, no lo hagas por favor.
-Por fin te tengo. –sonrió mientras me quitaba el saco y la corbata- Todo mío.
Empezó a quitarme la playera mientras me acariciaba todo mi cuerpo, intentaba detenerlo pero no podía hacerlo. Me besaba el cuello y mis labios.
-No sabes lo mucho que te deseo.
-No quiero.
-Eso es lo que menos me interesa. –comento y me quito el pantalón de un jalón, solo me dejo en ropa interior, él también se empezó a quitar la ropa, hasta que...
-¿William? –me atreví a preguntar.
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Para mi fortuna el alcohol que había tomado hizo efecto, se quedó dormido encima de mí, como pude me libere de él y me coloque una bata, yendo hacia mi habitación...



---Raven---


Esos malnacidos aparte de dejarme amarrado me colocaron una mordaza, solo estaba en ropa interior, uno de ellos me besaba mi cuello y mi pecho, mientras que el otro me acariciaba mi entrepierna.
Asqueroso, realmente asqueroso, empecé a sollozar y escuche la puerta abrirse.


-Degenerados, suéltenlo. –grito Damon mientras me los quitaba de encima.

Damon empezó a golpearlo con furia y odio, y como pudo los saco de la cabaña.
-Raven lo lamento tanto, no debí dejarte. –me miro y me quito las sogas y mordaza.
-Eres un maldito, te juro que te mataré.
-Yo también te amo, -me beso tiernamente- lo lamento tanto, perdóname.
-Gracias por llegar a tiempo. –lo abrace.



---Nowaki---


Decidimos regresar a la casa, pero cuando estábamos a punto de llegar nos percatamos de una silueta que montaba a caballo ¿será...?

El Destino que Comencé a forjarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora