Capítulo 3

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Ouma llegó cansado a su "casa". Se acostó en su colchón viejo, el cual llamaba "cama", y suspiró al ver su teléfono y sus diecinueve notificaciones provocadas por la misma persona. ¿Por qué se tomaba tal molestia? Como sea, ya lo había olvidado. Dejó el celular en su mesa de luz y hundió su cara en la almohada.

-Le mentí a Saihara-chan- repitió como doce veces- no puedo creerlo.

El teléfono comenzó a vibrar. Eso significaba que lo estaban llamando. Decidió responder y dejarle bien en claro que todo terminó.

-Escucha...¡YA ME DEJASTE BIEN EN CLARO QUE SÓLO ERA UN JUGUETE EN MAL ESTADO CON EL CUAL PODÍAS JUGAR POR PENA Y LUEGO TIRAR! ¡¡¡NO ME LLAMES, NO ME MANDES MENSAJES Y NO VUELVAS A TRATAR DE ENTRAR EN MI VIDA!!!- gritó.

-Ah...Ouma, ¿y ahora qué hice?- "¡N...NO PUEDE SER!".

-¿S...Saihara-chan? ¡PERDÓN! ¡TE CONFUNDÍ CON ALGUIEN MÁS! ¡NO VI EL NOMBRE DEL CONTACTO!

"Soy un idiota, soy un idiota, soy un idiota, ¡SOY UN MALDITO IDIOTA!" maldecía en su mente.

-No importa pero ¿a quién iban dirigidos esos insultos? ¿Quién jugó contigo?

-¡NADIE!

-Ouma...

-Te lo juro.

-Okay, si no quieres decirme, no lo hagas pero, si alguien te dice o hace algo, no dudes en decírmelo.

"Para matarlo con mis propias manos" pensó en la otra línea Shuichi "un momento, ¿por qué pensé eso?".

-S...sí, no debes preocuparte. ¿Para qué llamabas?

-Quería decirte que olvidaste tu libro de japonés en mi bolso y, por cierto, ¿por qué lo pusiste ahí?

-Me confundí de bolso.

-¿Cómo puedes confundirte?

-Los japoneses somos todos iguales. Súmale eso a que nos vestimos igual, que usamos el mismo bolso y no nos dejan poner ningún accesorio de más. ¿Puedes culparme?

-Tienes un punto.

-Como sea, ¿puedes llevarlo a la escuela mañana y me lo das?

-Sí, pero ¿no quieres que te lo de ahora? Digo, será más rápido.

-No quiero causarte molestias.

-No es ninguna molestia. Estoy libre.

-Enserio.

-Pero...

-¡QUE NO!

-Perdón. Creo que debería dejarte solo.

-Gracias.

-Adiós.

-Adiós.

Puso su almohada en su rostro, de nuevo, y ahogó un grito en ella seguido de un quejido. Suspiró, como por décima vez en la noche, y tomó el teléfono, aún con la almohada en la cara, y respondió a la llamada que había recibido pero no vio el contacto.

-Lo siento, Saihara-chan. Tengo algunos...problemas personales pero ¡NO TE PREOCUPES! No voy a renunciar a hacerte sonreír- en eso último, se destapó le cara y sonrió con ánimo.

-¿Quién es Saihara-chan?- habló la voz que menos quería escuchar.

-¡OH, POR FAVOR! ¡¿POR QUÉ EL MUNDO VA EN MI CONTRA?!

-No lo sé, tú dímelo, Kokichi-kun- dijo con tono pervertido.

-Te dije que no me llames con el "kun" y menos por mi primer nombre.

-Antes no decías lo mismo.

-Cierto, si pudiera, le diría a mi "yo" pasado que te de una cachetada cuando estabas en mi vida.

-¿Quién dijo que no lo estoy?

-Yo. Acéptalo, no volveré contigo. No sabes nada sobre mí, me utilizaste, jugaste con mis sentimientos y no me di cuenta de que tus ojos estaban llenos de mentira. Además, ni siquiera estamos en la misma escuela y nadie sabe a cual cambié.

-A excepción de mí.

-¿Q...qué quieres decir?

-Te veo luego, Kokichi-kun. Ah, y no voy a olvidar ese nombre. Saihara. Siento, por tu tono de voz y palabras, que es alguien muy importante para ti.

-¡NO LE HAGAS NADA!

-¿Lo quieres?

-¡NO ES DE TU INCUMBENCIA! ¡DIME EN DONDE ESTÁS!

-Adiós.

-¡ESPE...!

'pi pi'.

Cortó.

¡Sonríe, Saihara-chan! (Oumasai/Saiouma) #HopeAdwardsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora