2-Escape

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Llegue a casa, deje mi mochila a un costado y me tire en el sillón boca arriba, crucé los brazos por debajo de mi cabeza para apoyarla, y me quede mirando hacia el techo, perdida en mis pensamientos.

Siempre me pasa lo mismo, me pongo en un estado de reflexión y pasa por mi mente toda mi vida, empiezo a pensar en los problemas, en mis padres, en lo que hare en el día, y así hasta que pasa un buen rato y me doy cuenta de que me "entretuve" demasiado.

Tome impulso para poder levantar el torso y sentarme quedando frente al televisor, me incliné sin dejar el sillón para alcanzar el botón de la play, volví a hacerme para atrás, tome la consola y el control de la televisión, la encendí y comencé a jugar. Así estuve, alcanzándome cosas para comer y jugando sin parar hasta la tarde.

Estaba jugando a call of duty, iba consiguiendo un record hasta que escucho que la puerta se abre, me doy la vuelta, y de tan preocupada que estaba deje el juego, me asome rápidamente, si, eran mis padres. Nunca solían llegar a la tarde, y por eso no supuse que eran ellos, aliviada sin saludarlos me di vuelta a ver qué había pasado con el juego, por descuidarme perdí todo y no pude superar el record. Tire la consola con furia en el sillón y me senté dejándome caer dando un fuerte suspiro de desilusión. Seguí dándoles la espalda ya que no me interesaba que hayan llegado.

—¿No vas a saludar? —dice mi madre para nada indignada ya que estamos acostumbradas a llevar esa relación.

—Hola. —respondí sin ganas mientras trataba de ver qué otra cosa podía jugar en la play.

—Hola hija —dice mi padre.

No le conteste, si apenas había podido saludar a mi madre ahora menos iba a querer tener que hablarle. Algunos pensarán que soy una niña malcriada, pero en realidad yo siento lejanía por ellos ya que no los veo nunca, y a la vez enojo por que jamás puedo contar con ninguno de los dos. Se siente como si no tuviera padres, pero jamás se darán cuenta ni lo entenderán.

Mi padre no dice nada y luego de un par de segundos escucho como se dirige al comedor junto a mi madre. Exacto, no les importa ni como les hablo, no les importa si mi comportamiento hacia ellos tiene que ver con cómo me siento ni con nuestra relación padres e hija.

Me sentí mal al pensar en todas estas cosas y no quería quedarme ahí para deprimirme más de lo que estaba, así que agarré mi mochila y subí a mi habitación, tomé una pistola con balines (realmente duelen y yo creo que podrían ayudarme en caso de peligro.), un poco de ropa, y mi celular, bajé y fui a sacar comida de la heladera como si fuera para llevarla a mi habitación y comerla ahí, me vieron mis padres curiosos por lo que fuera a hacer pero no sospecharon, volví a mi habitación y la guardé. Bajé lentamente, ellos estaban concentrados en sus papeles y sus laptops, abrí la puerta con cuidado y me fui.

Por suerte en verano oscurece más tarde. Pensé mientras caminaba un poco apresurada por la calle, ya que a esa hora en invierno sería de noche y no me convenía.

Sé que si me voy podré liberar mi mente, y sé que debo hacerlo, Olvidar es lo que me ayuda a ser feliz. Y para eso debo intentar vivir el presente lo cual no funciona si no estoy lo más lejos posible de mi "familia".

Llegué a una plaza, suele haber bastante gente aquí ya que es una de las plazas más conocidas de la ciudad. Me recosté en el pasto a escuchar música, y así deje pasar las horas.

En medio de mi momento de "relajación" pasó una chica. Ella estaba usando un vestido corto, negro y recto, una tela lisa sin ningún tipo de detalle, parecía tener mi altura así que supongo que tendría mi edad. Su piel era blanca, tenía cabello negro y liso con un largo un poco más abajo de sus hombros, no tenía un corte recto si no que estaba un poco rebajado en las puntas.

Se detuvo de repente a unos metros de mí, me percate al instante ya que estaba parada en diagonal a mis pies, yo la mire extrañada y fruncí un poco el ceño. Su cara no tenía ninguna expresión pero con verla así ya parecía ser una chica deprimida y solitaria.

Pasaron unos incomodos segundos de silencio. Comencé a levantar un poco la cabeza con intención de sentarme, apoye los brazos y tomé impulso hacia arriba. Una vez sentada y sin dejar de mirarla le pregunte:

—¿Qué miras?, ¿te debo algo? —Demostrando un poco de fastidio.

No respondió.

Tampoco dejó de mirarme ni yo a ella, a pesar de que no dijo nada si reaccionó a la forma en como le hablé. Hizo un gesto como si se hubiese sentido mal por mi culpa, dio unos pasos para atrás, giró un poco y siguió su camino.

-Pff chica rara. - Dije con desagrado y volví a lo mío.

Estaba oscureciendo, debía buscar un lugar para dormir, no quería molestar a Blas, Tampoco tengo amigas soy muy cerrada para las amistades, así que mejor me quedaré en la calle, no es muy difícil para mí subir a un techo (De estas casas modernas que suelen ser lisos en vez de tener un tejado inclinado.) silenciosamente y quedarme ahí, no voy a dormir. Tengo mis juegos en el celular y todo lo que quiera, la comida que saqué, auriculares, etc. Sé que no me aburriré.

No tengo miedo, he hecho esto varias veces solo que en esos momentos he metido la excusa de que me iba a dormir a casa de una "amiga" que claramente no tengo. Esta vez no me importaba si se preocuparían o no. Soy así cuando me enojo y me deprimo, un poco vengativa también.

Pareciera que la calle es mi hogar, la prefiero mil veces antes que a mi "familia". Digo "familia" entre comillas por llamarlo de alguna manera ya que yo no lo considero así. Aquí está todo lo que quiero y Blas coincide en eso conmigo.

Vivir la experiencia de pasar la noche en un techo me ha enseñado más de la calle, puedo escuchar a la gente que pasa por la vereda, suelen ser mujeres borrachas que habrán salido de alguna fiesta, gente violenta, adolescentes fumando y drogándose. Normal que estén a esas horas, así no los ve nadie.

A veces me asusto por pensar que pasaría si gente tan peligrosa me viera caminando sola por la vereda a esas horas. Desgraciadamentelas cosas están así de mal, las personas están así de mal.

NO PIENSES EN ELDonde viven las historias. Descúbrelo ahora