Cuando tu mirada,
ya no sea el mar,
en donde se ahogan
mis penas y tristezas.Cuando tu piel,
deje de ser el cielo,
en donde reposan
mis ansias y deseos.Cuando tu voz y tu risa,
no sean la playa,
en donde batallan
mi paz y mi tormento.Quizás entonces,
en ese momento,
mi vida sea hoja marchita
que se lleva el viento.Todo lo vivido
y los sentimientos
serán como estrellas
que adornan la noche
de mi desencanto.¡ Y seré sin dudas,
la roca sin vida,
erguida y dolida,
en donde golpean
las olas bravías
de la fe perdida!