Cuando aquella noche volvió a casa, mi padre estaba molesto. Molestar a Mycroft Holmes era una hazaña encomiable, así que supuse que quien le hubiese sacado de la cumbre mundial era el culpable. Me sentí tentada a preguntarle, pero aún no teníamos confianza.
En cambio, le mandé un mensaje a mi tío informándole de que quienquiera que iba a por los Holmes había conseguido lo que quería, al menos esta vez. También le conté a James lo que estaba pasando.
-Elizabeth.-llamó mi padre desde su despacho una vez hubimos cenado. Yo, que ya me había puesto el pijama, entré un poco nerviosa por lo que pudiera decirme.-Bien hecho esta tarde con lo de los protocolos de seguridad.
-Gracias.-dije, un poco sorprendida por haber sido felicitada. Mi padre me miró pensativamente, pero enseguida sacudió la cabeza. Supe entonces que se preguntaba si yo tenía algo que ver con todo esto, una cuestión lógica teniendo en cuenta que todo el lío había comenzado cuando yo llegué. Me reconfortó de alguna manera saber que había descartado la posibilidad.
-Espero que sepas que Sherlock no le pide ayuda a nadie a menos que confíe en esa persona.-comentó entonces Mycroft.-Espero que sepas,-le respondí, sabiendo que, siendo como era, temía que yo hiriese a mi tío si me cogía cariño.-que yo tampoco.
Dicho esto, salí de la habitación y volví a mi propio cuarto, todavía pensando en la situación. ¿Quién podría querer molestar a mi padre y a mi tío, y al mismo tiempo ser el supuesto sucesor de James Moriarty?
Sacudí la cabeza y me fui a la cama. Era una estupidez intentar desentrañar esa locura yo sola, así que recurrí a mi John Watson particular: James M. Le llamé, pero al ver que el teléfono comunicaba, decidí dejarlo para otro momento.
De nuevo suspirando, me senté en mi cama y decidí intentar la segunda mejor opción; tío Sherlock.
Un timbre, y respondió:
-¿Elizabeth?
-¿Cuantos años tenía Moriarty?-fueron mis primeras palabras. Un hijo sería la opción más lógica para toda esta locura. Como era de esperar, tío Sherlock comprendió por donde iba y dijo:
-Los bastantes. Alguien con sus genes, y que sepa quién es, podría estar haciendo esto. Lo había pensado, pero es un poco ridículo.
No pude evitar una risa.
-¿Tan ridículo como Mycroft Holmes teniendo una hija secreta?
Tío Sherlock no se rió, pero casi pude oír la sonrisa en su respuesta:
-Tienes razón, querida, te concederé eso. Por cierto, ¿te gustaría venir mañana conmigo a interrogar a los programadores de la alarma de tu padre?
Claro que quería ir, pero me hice la difícil:
-¿Y John?
-Vendrá, por supuesto. Es interesante oír sus aportaciones, te lo aseguro, pero a veces me hace falta una mente como la mía.
Me reí, porque sabía que John Watson era el mejor amigo de mi tío y que él realmente apreciaba sus ideas y las tenía en cuenta, aunque fingiese considerarle estúpido.
-Tío Sherlock, por favor.-respondí, y él soltó un bufido, admitiendo su error.
- De acuerdo, de acuerdo.-dijo, con un tono de complacida derrota.- Pero vendrás, ¿no?
-Claro.-dije yo.-Pero que sepas que Mycroft se puede molestar.
Porque teme que te apegues demasiado a mi y que luego te abandone, completé mentalmente, pero me guardé las palabras.
Tío Sherlock, esta vez si, rio, y respondió:
-Mejor.
Tras colgar, me metí en la cama, y enseguida caí dormida.A la mañana siguiente, me desperté con un mensaje de tío Sherlock detallando el lugar y la hora de nuestro encuentro, esta vez fuera del horario escolar, así que tuve que irme a clase.
James me llamó cuando me encontraba entrando en el edificio.
-A buenas horas mangas verdes.-le dije, con un tono medio burlón, pero él probablemente pudo percibir la preocupación que ocultaba.
-Perdona.-repuso, la culpabilidad llenando la línea telefónica.-Estuve durmiendo todo el día; Paul está mejor.
Sonreí.
-Me alegro.
Un breve silencio.
-¿Qué pasaba?-preguntó entonces, con un interés genuino en la voz.
Procedí a contarle todo lo ocurrido, incluyendo mis teorías sobre un posible hijo de Moriarty y mi próxima investigación junto a tío Sherlock.
-Como siempre, Liz, eres brillante.-dijo, aunque sabía que no me gustaban los cumplidos.- ¿Quién habría dicho que las mentes brillantes tienen tanto sex appeal?
Me reí ante la broma.
-Buena suerte.-dijo entonces.-Y ahora tira a clase antes de que esos profesores pijos se enfaden.
Colgamos y yo me dirigí a mi aula, sonriendo. La profesora de Lengua me miró un poco mal por llegar tarde, pero se abstuvo de decir nada, probablemente advertida por su colega del departamento de Historia.
Las horas pasaron volando, por increíble que parezca, y pronto me encontré fuera de clase, razonablemente emocionada por mi plan con tío Sherlock.
Entonces, me llegó un mensaje de su número.
"Programador muerto. Nos vemos en Baker Street."Ya sé que ha pasado mucho tiempo, lo siento. Mi vida ha sido difícil últimamente. Gracias por la paciencia.
El de la imagen es el querido James M. (Más o menos)
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Elizabeth Holmes
Fanfiction-En el año 2001, Mycroft Holmes sintió atracción por una mujer, Amy Williams. Ese mismo año, se separaron. Los motivos jamás llegué a conocerlos, y tampoco me interesaban especialmente. En el año 2015, Amy Williams falleció en un accidente, y mandó...