I should be Happy

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Talk me down, Troye Sivan.


Sí, hoy debería estar feliz por la boda de mi mejor amigo, no, incluso debería de estar feliz desde hace mucho tiempo, desde el momento en el que él comenzó a ser feliz con ella, sí, ella, exacto.


Pero no, estoy mirando con incomodidad mis pies con estos zapatos tan brillantes, incómodos y duros. Usando estos pantalones que me quedan sueltos y es algo que odio. Siento que me ahorca la maldita corbata y este traje me está dando demasiado calor, además de la maldita camisa blanca que me hace sentir como mi padre, alguien a quién odio.


La sala está copada de gente, invitados elegantes de ambas partes y noto que no reconozco a nadie de los que están así, a excepción de Calum y Ashton, quienes aceptaron venir solo para alimentarse y beber hasta vomitar lo digerido unas horas antes, así que me siento un poco más tranquilo e intento dejar de pensar en Michael, que está a mi lado escuchando lo que dice el juez explicando en lo que consta un matrimonio y la importancia civil del acuerdo.


Pamplinas.


Le doy una mirada fugaz a mi amigo, que está con su vista fija en sus manos entrelazadas con Zoe, la mujer con la que está seguro que compartirá su vida. Sus ojos verdes tienen un brillo especial, lleno de felicidad y que me hacen sentir horrible y envidioso, pues yo no me encuentro en ese estado positivo, sino todo lo contrario, además que, para mi maldita desgracia, yo nunca he podido ser quien le provoque tan nivel de felicidad.


Suspiro, esto es peor de lo que pensé.


Michael y yo nos conocimos gracias a una fiesta y de una manera muy particular. Yo estaba borracho hasta perder el equilibrio, él era un gruñón de primera e iba a golpear un chico, pero justo este hombre, al momento de dar el primer golpe, me atravesé en su camino y vomité sus zapatos, salvando a Michael de la paliza de su vida. En su agradecimiento influenciado por la marihuana, me acompañó al baño y se quedó cuidándome toda esa noche, en la cuál nos dimos cuenta que eramos muy parecidos.


Me siento incómodo una vez más, pues noto como él observa a Zoe y me estremezco, ya que la ganas de estar feliz por mi amigo, se esfuman cada vez más rápido y me es más difícil guardar la calma cuando solo tengo ganas de llorar, así sin más.


Debería estar feliz, insisto, pero me es malditamente imposible pues el hombre que amo, que me tiene hecho un loco y es una debilidad que me quema, se está casando en este momento y se vuelve aún más inalcanzable.


Recuerdo en el momento en el cual supe que me estaba atrayendo, que mi mejor amigo era el responsable de hacerme sudar como cerdo y que mi corazón estuviera al borde de un infarto por los latidos apresurados que provoca. Fueron 2 años luego de conocernos, cuando el tenía 23 y yo 22. Siempre lo había encontrado atractivo y, cuando él se enteró sobre mi orientación sexual por observaciones curiosas que me hacía, me preguntó acerca si lo consideraba guapo y contesté con sinceridad, nunca me había atrevido a mentirle en ningún ámbito y eso no cambiaría. Luego conocí a este chico con el cuál perdí los estribos, hacía estupideces y me influenciaba de muchas cosas, pero que me había llevado a la locura con sus besos y su forma tan impredecible de actuar. Michael quiso ser el primero en conocerlo y no lo dudé en ningún segundo, se llevaron bien y él estaba feliz por mi pareja.

Mike plus Luke equal MukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora