Capítulo 34

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10 Días después.

Louis se encontraba frente el espejo de su habitación, mirándose detalladamente, intentando encontrar el más mínimo a defecto a sí mismo para después quejarse
sobre él todo el tiempo.

Las cosas no estaban bien, definitivamente que no lo estaban.

Después del viaje a Colombia, su madre, Harry, e incluso Jake se comportaban demasiado raros.

Su madre ni siquiera lo miraba a los ojos al hablarle. Parecía que estuviera enojada con él, sin embargo no le reclamaba nada, ni le hacía preguntas como antes solía hacerlo. Louis intentaba sentarse y hablar con ella sobre cualquier tema, pero con eso lo único que lograba era que su madre se fuera del lugar para no tener que hablar con él. Estaba preocupado, pero en esos momentos había peores cosas en que pensar.

Jake continuaba diciéndole que tenían que hablar sobre Harry, pero incluso aunque le llamara, Louis no aceptaba que él le hablara mal sobre su novio. No quería escuchar a Jake, tan sólo quería seguir las cosas como estaban. No estaba dispuesto a arruinarlo, realmente no quería que nada de su relación terminara.

La situación con Harry era totalmente diferente. EL rizado había comenzado con un periodo de tiempo en el que tan sólo podía mirar a Louis algunos días. Según por lo que sabía el menor, en la empresa de los Styles estaban a punto de cerrar el negocio más grande de su vida, y Harry al ser el futuro dueño, tenía que estar presente en todas aquellas reuniones. Era por eso que ahora casi no tenían tiempo para verse, Harry se la pasaba en la oficina, mientras que Louis lo único podía hacer era quedarse en casa y cuidar al gatito, Queso.

Aquel día era domingo, y Louis ya se encontraba arreglado para salir con Harry, que le había prometido que pasarían la tarde los tres juntos mirando películas en su departamento (incluyendo al gato). En realidad, le gustaba más estar en casa de Harry que con su madre, pues ella se había convertido en una presencia muy incómoda para él.

Continuó mirándose frente al espejo, se acomodó la ropa y se aseguró de echarse una vez más un poco de loción. Miró su móvil en busca de la hora, Harry estaba 20 minutos atrasado, y ni siquiera se había dignado de mandarle algún mensaje
para avisarle que llegaría un poco tarde.

El bebé gato dormía sobre la cama de Louis, el menor llegó hasta él y se recostó a su lado para acariciarlo levemente sin despertarlo. Ese gatito se había convertido en su única compañía últimamente, y aunque a veces se enojara con Harry, el gato le seguía pareciendo totalmente adorable.

Pasaron 10 minutos más y ya no pudo continuar esperando. Sacó su móvil y pronto llamó a su novio para preguntarle acerca de su llegada. El teléfono timbró por casi un minuto, Louis estaba a punto de colgar cuando la voz de rizado contestó al otro lado de la línea.

–Lou, perdón, no podía contestarte, estaba en una junta y he tenido que salir.

–¿¡Qué!? ¡¿En una junta a esta hora y en domingo?! –se alteró un poco y su grito logró despertar al pequeño Queso.

–Sí, ha sido de urgencia, pero qué necesitas, mi amor. –Harry parecía apresurado por colgar la llamada.

–Mierda, te vas al carajo. –cerró los ojos fuertemente, intentando controlar su cabeza para que el coraje que sentía no se apoderara de sus palabras.

–¿Qué ocurre, bebé? ¿Le pasa algo a Queso? –Harry se había olvidado por completo de su compromiso con Louis.

–¡No, imbécil! ¡No le pasa nada! –respiró profundo y continuó–. Hace tres malditos días que no te veo, te la has pasado en putas juntas y ni siquiera me has tomado en cuenta últimamente. Ayer cuando hablamos me dijiste que hoy pasarías por mí hace 30 minutos.

Luxury's Louis. (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora