Viernes

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—¿Lista para hablar con Pipers? —pregunta Harper antes de darle una mordida a su Sandwich.

—Por supuesto —mentí. Volteando a la derecha para ver a un chico sentado en una mesa, solo.

—No, no lo estás —dice Harper, frunzo el ceño—. Tu cara lo dice todo. Aprietas tus labios y empiezas a voltear a los lados, al igual que mueves tu cabeza de arriba a abajo como si estuvieras escuchando una canción —explica.

—No debes demostrar que eres mi mejor amiga, ¿sabes? —pregunto, entrecerrando mis ojos.

—Ah, ¿somos mejores amigas? —ríe. Y le lanzo una semilla de naranja— Ahí va tu próximo novio.

Volteo por encima de mi hombro y veo a Pipers riendo con sus amigos de fútbol.

—Novio suena a tortura, así que prefiero no entrar a esa fase, gracias.

—Como si no lo quisieras.

—¿En serio? ¿Con Pipers? Digo, es lindo. Me da muy igual, no es como que quisiera morder o golpear su cara —me encojo de hombros—. Además, nunca ha estado con una chica. Puede que sea gay, ahí está, no podemos ser novios, ups.

—Eres una tonta —dice, mordiendo su Sandwich; de pronto, se atraganta—. ¡Ya sé! Ahí tienes su zona de confort: no salir con chicas. Averigua si es gay o no, si no lo es, has que salga con una —la veo con una sonrisa de satisfacción—, ¿qué?

—Nada —aprieto la naranja para que el jugo caiga en mi boca.

—Dime —ruega.

—Me estás ayudando con la teoría —digo como si fuese algo insignificante.

—Cállate ya —rueda los ojos pero una pequeña sonrisa se asoma en sus labios.

—Está bien —y sonrío.

En la última clase, me estaba muriendo de nervios porque faltaba poco para finalmente hablar con Pipers.

Entonces, justo cuando sonó el timbre, Gabe se acercó a mí.

—Hola, Joe —dice, sonriente.

—Gabe —saludo.

—¿Qué pasó con nuestra cita? —pregunta, pasando una mano por su cabello.

—Mmm... No sé, mi agenda está llena —volteo a la izquierda para ver si alguien interesante pasa, y veo al chico de la mesa de la cafetería.

—¿El sábado? —insiste.

—¿Mañana? —asiente— ¿Pasas por mí?

—Por supuesto —sonríe y me guiña el ojo antes de irse con sus amigos.

"Excelente." Pienso.

Me dirijo al patio trasero para ver a mi asombroso tutor. Y ahí está, sentado en una mesa, leyendo un libro en lo que juega con una pluma.

"Aquí vamos, Johanna."

Pipers no es como los otros chicos del instituto; como ya lo he dicho, nunca sale con chicas (lo cual nos hace dudar de su sexualidad) y tiene fama de aguafiestas, eso realmente me desconcierta porque vaya que es un chico apuesto.

—Hola —saludo alegremente después de sentarme en la banca frente a él.

—Hola... —responde sin apartar su atención de la lectura. Mordisquea la punta del bolígrafo y murmura algo irreconocible. Creo que no se ha dado cuenta de mi presencia, o simplemente me está ignorando.

Me aclaro la garganta y dejo caer mis libros estruendosamente sobre la mesa; Pipers parpadea y por fin me mira.

—Lo siento, me distraje un poco. ¿Eres...? —enarca una de sus frondosas cejas.

La teoría de JoeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora