Arcadas; fueron la primera señal que emitió la cuidadora para así, dar paso al vómito. Que subió lento pero ardiendo por la garganta de la joven de castaña cabellera. En cuanto terminó aquello y se hubo limpiado la comisura de los labios con el dorso de la mano derecha.
Aunque el origen de ese vómito le era totalmente vago, optó por pensar que sería un simple dolor de estomago, y observando el lugar, vio a la lejanía una figura masculina que le era vagamente familiar, por lo que decidida, inició su camino destino a la extraña figura.
Por otro lado, esa persona que se encontraba a lo lejos y a la que la joven se acercaba, era un Monokuma, con un gran cartel entre sus patas: "Tiro al blanco".Se podía leer en este.
Y tirándolo al suelo, sostuvo entre sus extremidades superiores, un arma impulsora, consistente en un arco montado sobre una base recta que dispara proyectiles, es decir, una ballesta seguido de diversas flechas. Dichas saetas tenían las puntas recubiertas de un letal veneno, Ricina, el cual si es ingerido o inhalado, te causaba la muerte por fallo respiratorio y de los órganos internos, pues si bien no morías ante la perdida de sangre, ese veneno acababa con tu vida y viceversa. Tras cargar el arma y disparar la flecha en una de las piernas de la cuidadora, esta cayó al suelo, dejando escapar un jadeo de dolor. Intentó levantarse, mas le fue imposible.
Esas traicioneras arcadas volvieron a ser las protagonistas de todo eso, y de nuevo, otra flecha volvió a incrustarse en la blanca piel de la muchacha, esta vez en el brazo derecho de la misma. Gimió de dolor, aunque estuviera recibiendo esas flechas, ella solo podía pensar en el origen de esos vómitos, y llevándose ambas manos al estomago, esbozó una ladina sonrisa, la cual hizo desaparecer en cuestión de segundos en cuanto otro proyectil, se clavó en la parte superior de su cuerpo, y volviendo a caer al suelo que fue tiñiendose de su rosácea sangre, se arrastró, pues tal era su dolor, que no lograba levantarse.
Y de nuevo, otra flecha fue lanzada, esta vez sin llegar a darle, pues al estar completamente tendida en el suelo, el apuntarle y acertar era imposible para el robot. Sin decir palabra alguna, consiguió levantarse, y aunque le costara mantenerse en pie y perdiera el equilibrio en multitud de veces, ella prosiguió con acercarse a esa extraña figura, pues aún no llegaba a entender que esa silueta era aquel oso bicolor que le iba lanzando los múltiples dardos que le fueron dando.
Tras unos minutos, el veneno comenzó a surgir efecto, proporcionándole a la chica un agudo dolor en el pecho, pues se hallaba ahogándose. Tosió; y pudo observar con sus ojos, como de sus labios, goteaba un líquido rosáceo, que inundaba el lugar de un metálico olor, y que hacía a la joven volver a toser repetidas veces. Vaya, ahora podría decir que se sentía igual que el astronauta con su tediosa enfermedad, la cual es provocada por un bacilo, que se transmite a través del aire y que se caracteriza por la formación de tubérculos o nódulos en los tejidos infectados. Sí, se sentía igual que el muchacho ante tan desesperante escena. Nuevamente, cayó al suelo, pues otra flecha volvió a clavarse en la parte superior de su cuerpo, directamente en el corazón, órgano vital para cualquier ser vivo que habite este planeta. Y allí, su último rastro de vida, terminó, y por ende, dando fin a la ejecución que estaba teniendo lugar en esos momentos.
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Autoroles.¿¿¿
Cerita PendekFácil, aquí se irán subiendo los autorols que iré haciendo por Twitter. ¿ Ouma es gay por Rantaro(?