Ejecución Tsumiki Mikan.

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La enfermera se encontraba encima de un trampolín bastante alto, y debajo del mismo, una piscina de forma circular descansaba. Llevaba puesto su traje de baño. Aquella escena parecía lo típico que te encuentras en un circo, una persona salta desde gran altura a un balde completamente repleto de agua o algo así. De hecho, ese era el sitio en donde se hallaba este individuo. En las gradas, infinidades de Monokumas, como si fueran público, y a su lado, un gran Monokuma, quien le hizo señas a la cámara para que se le enfocase a ella. En aquel momento, sacó un pequeño cartel que ponía lo siguiente: "Caída Acída" Tras la muestra de ese cartel, la cámara se alejo de aquel oso bicolor, y volvió a enfocar al personaje que se hallaba a la espera de su muerte. Miró abajo y se encontró con el agua, la cual tenía una pista fantástica, era agua limpia y fuera de impurezas. Monokuma se sentó en una silla al lado de la piscina y sacó lo que parecía ser un silbato, que al soplarlo, hizo que nuestro protagonista saltara y comenzara a caer. No parecía que hubiese saltado por voluntad propia, ¿le estaría controlando aquel gigantesco Monokuma? Al mismo tiempo que caía al vacío sonó un redoble de tambores para darle emoción a aquella desesperante acción. La chica no recordaba que estuviese a tanta altura, ya que parecía que nunca iba a llegar a tocar el agua. Pero la tranquilizaba el hecho de de que aquel líquido en el que iba a caer, resplandeciera. . . Sin embargo, su tranquilidad duró bastante poco. . . Mientras caía, Monokuma trazó una diabólica sonrisa, y saltando de su asiento, se puso al lado de su tan deseada piscina y comenzó a empujarla. Efectivamente, el oso estaba quitando dicho objeto del medio para a los minutos, volver a su posición iniciar, pulsar un rojizo y brillante botón y hacer que el suelo se abriese. La joven de morada cabellera no entendía nada de lo que estaba ocurriendo, hasta que entonces observó lo que salía del suelo, y gritó. Era una enorme piscina, pero esta vez, su interior no estaba lleno de agua. Por supuesto que no. Se trataba de ácido sulfúrico. A medida que llegaba a su fatal destino, cerró levemente sus ojos, e incluso gritó hasta que aquellos chillidos cesaron pues finalmente acabó cayendo en el ácido. Salpicó bastante, pero el Monokuma se protegió con un paraguas que se deshizo en cuanto entró en contacto con aquel ácido. Sus últimos momentos los pasó intentando salir de esa piscina entre lamentos y lloros. Estaba muriéndose de dolor. Su carne y cabello se fueron desprendiendo de su cuerpo con lentitud. Luchaba desesperadamente por su vida al mismo tiempo que se iba derritiendo, hasta que en silencio, se sumergió por completo. Aquel oso levantó un papel en el que con letra ilegible, se podía entender un "9'5", simulando ser el juez de unos Juegos Olímpicos mientras se desternillaba. Pulsando otro botón, un colador gigante hizo acto de presencia, y en cuestión de segundos, un brazo mecánico de gran tamaño tomó la piscina y echó el líquido en este. Tras pocos segundos, en aquel colador se encontraban los restos de Tsumiki Mikan, pero no entero, solo los huesos que no se habían descompuesto. El público de pequeños Monokumas gritó emocionado, comenzando a aplaudir y a silbar ante esa escena. La cámara enfocó al gran Monokuma, el cual se inclinaba como si fuese un actor saludando al publico después de terminar una obra de teatro. Salvo que aquella vez, eso no se trataba de una actuación. Cuando acabó, esta cortó la transmisión y las pantallas se apagaron.

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