Oh sí, no se si podría catalogar aquel día como extraño, increíble o inesperado.
Bianca y yo pasamos por un largo e incómodo momento con cada manzana que avanzábamos. Ella evitaba mi mirada con algo de dulce sonrojo en sus mejillas mientras se rascaba las sienes al típico estilo anime. No se si en realidad estaba totalmente centrada en su personaje o simplemente era la influencia de la cultura japonesa a grandes escalas en su vida diaria.—Y dime... ¿Qué haces en tu día a día? —la pregunta me sacó de la nube mandándome de cara contra el pavimento. Si eso hubiera sucedido de verdad quizá debieron haberme hecho una reconstrucción facial de urgencia.
—Emm... Veamos —trataba de perder la compostura mientras colocaba ambos brazos tras mi cabeza y forzaba a mi terco cerebro a funcionar al cien por ciento—. En estas vacaciones no he hecho mucho que digamos. Veo series y películas, tres animes al día. Dibujo mis mangas improvisados y duermo el resto del día. También...
La mano de Bianca se interpuso entre su rostro y el mío obligándome a detener mi relato. Un gesto de molestia había en su rostro.
—Lo supuse... Todos los chicos amantes de la cultura japonesa son iguales...Me sorprendió su respuesta, no esperaba que dijera eso y de tal manera, fría y molesta.
—¿Qué esperabas que hiciera? ¿Salvar al mundo usando un leotardo?
Ella encogió su rostro enojada y colocó ambas manos en sus caderas contorneando más los altos shorts que cargaba. Negó con la cabeza causando que su poblada coleta se bamboleara de un lado a otro resaltando sus bellas ondulaciones.
—Algo más...interesante, relevante. Algo no tan...como podría decirlo... —aclaró su garganta buscando una palabra indicada para la situación—. Común.Cada vez más esa chica me parecía más intrigante. O ella era única en su tipo o yo era un típico chico que resaltaba por ser un bueno para nada y, principalmente, común.
Debo confesarlo, ella era estupenda. Hermosa, inteligente, amante de lo bueno, y muy, muy astuta. Era dulce y picante al mismo tiempo, combinación extraña en una chica.
Me moría por conocerla más a fondo. Quería descubrir sus más oscuros secretos, incluso si éstos estuviesen cerrados bajo triple llave con candados de titanio en una bodega resguardada con láser. Ok, exagero. Pero no debía extrañarme mucho de una chica como Bianca.
Fue entonces que lo decidí, mentiría para enamorarla de mí. Quería lo más pronto posible que esa chica cayera rendida a mis pies.
—No soy tan común como crees.
—Por lo que me has dicho, lo supongo demasiado.
—¿Tú que sabes? —traté de cambiar mi estrategia obteniendo una mirada extrañada por su parte.
—¡¿Qué onda con ese radical cambio?! —masculló riéndose a carcajadas de repente.
Había descubierto mi táctica, que astuta era.
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Weirdos?
General Fiction★COMPLETA★ Matías ama los videojuegos. Bianca ama el anime y el manga. Él es reservado. Ella, impulsiva y divertida. ¿Polos opuestos? No lo sé. Las relaciones sociales no son lo suyo. No se sienten bien con su vida diaria, darían lo que fuera por c...