Capitulo V.

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— Shinya, se parecen a tus increíbles ojos.

— Deja de tontear Guren, no es chistoso.

El nombrado lo miro de reojo, con una sonrisa de lado.

— No es ningún chiste, Shinya. Es la verdad. —Se acerco al más bajo, tomándolo de la muñeca— Vamos, lo compraré.

— No, espera. —Detuvo su andar en seco, logrando así mismo que el azabache frenara— ¿No ves el precio? ¡Es demasiado!

Y era cierto, la palabra caro no lo podría definir.

— Eso que importa, aunque lo use sólo para una ocasión, será para el día en que seré completamente feliz, el día de mi casamiento.

Y dicho esto, se llevo consigo a un albino con la boca medio abierta y arrastrando sus pies.

•♣•♣•♣•♣•♣•

Era tarde, se hacía de noche, y Guren aún quería pasar tiempo fuera de casa junto con Shinya.

Porque sí, desde que hablo con él susodicho por primera vez, quedó fascinado de su armonía y su compañía.

— Guren~ —Le llamo desde atrás, queriendo su atención.

— ¿Qué quieres Shinya? —Cuestionó, ya hastiado de la actitud infantil e imperativa del albino.

— Quiero ese tigre~ lo quiero, lo quiero, lo quiero. —Lloriqueo como todo un niño, cruzándose de brazos.

Definitivamente, Shinya bajo los efectos del alcohol era otra persona diferente.

Si siendo sobrio era tímido y frío, estando ebrio era extrovertido y confianzudo, sin importar qué.

— Ya Shinya, cálmate, lo compraré para ti.

— ¡Sí! —Salto de la emoción, mientras le abraza— ¡Gracias!

Con toda su fuerza de voluntad, aguantó su risa y compro sin prisa el tigre, que al dárselo al albino, comenzó a corretear y brincar por todo lado gritando gracias a todo pulmón.

Vergüenza, eso le hacía sentir Shinya cuando no estaba en sus cinco sentidos.

— Vamos, te llevaré a casa. —Le ofreció el azabache, esperanzado de qué el albino aceptará y pudiera conservar un poco de su dignidad.

— No Guren~ la noche aún es joven, vamos a divertirnos. —Susurro en su oreja, riendo de a poco.

—Shinya, son las malditas 11:45 de la noche, no es para nada joven, anda vamos que mañana tienes que trabajar. —De a poco lo empujaba hacía su auto.

— ¡Guren no me quiere! ¡Guren me odia! ¡Guren me quiere dejar solo! —Comenzó a gritar a los cuatro vientos, mientras la poca gente que andaba a su alrededor los miraba de forma extraña o otros riéndose por la actitud del menor.

— ¡Shinya cállate!

Y todo se callo, no por mucho.

— Me voy.

— ¿Cómo dices?

— Me voy. —Susurro, con lágrimas en sus párpados — Si no me quieres a tú lado, me voy Guren, adiós. —Dio la media vuelta, comenzando a arrastrar sus pies junto con el peluche— ¡Y no me busques! —Grito alzando sus brazos a la vez que miraba el cielo.

— Shinya estás borracho y a kilómetros de tú casa, sube al auto. —Le siguió sus pasos, sólo que los de él si eran rectos.

— No, usted no me quiere a su lado.

》Agliofobia《 |Guren Ichinose y Shinya Hīragi|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora