Capitulo 3

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Justin, veinte. Chaz veintiuno. Ryan, veintidós. Travis, veintidós. Eran colegas desde que tenían memoria. Vivían en la misma ciudad y habían pasado por cosas similares en sus vidas. Los cuatro con los mismos ideales. A pesar de las edades de cada uno, su especialidadsiempre había sido robar. Robar de una manera limpia y sin que nadie sospeche de ellos. Mas que un talento, una habilidad grandísima. Los cuatro, pertenecientes a la mafia más grande del país. La mafia Tentation.

Ryan sacudió las bolsas de dinero. Lo billetes cayeron agrupados en grandes paquetes sobre la madera mazisa del tablero. Una sonrisa grande se instalo en la cara de Ryan. El robo habia sido un completo éxito, justo como los cuatro lo habian planeado hace mucho tiempo.

- Esta..-Travis sacó una lata de cerveza de la nevera.- es porque udimos contra esos imbéciles. Se los dije, no sería dificil.- tomó de su cerveza, dejandola por la mitad. Al terminar, se limpio con su propia piel.

-En tiempo record, hermanos- le codeó Chaz, que apareció detrás de llos tres.- insuperables.

-El robo del siglo.- le siguio Ryan.-insuperables.- repitio susurrando, concentrado en ese monton de billetesque figuraba en el tablero de su viejo departamento.

-¿Has visto las noticias?- preguntó Justin.

-No.. seguramente en todas las encabezamos nosotros.- se burló Ryan, a gusto. Los tres rienron, menos Justin.

-Si imbecil. La encabezamos nosotros y la jodida cajera que me ha visto en el banco.- se quejó Justin. Aquello le afectaba. Era la primera vez que había aceptado ver su rostro por sus victimas.

-Oh joder... no me digas..¿está hablando?

-Más que eso, me está describiendo.- le explicó Justin. Enseguida, cogió las llaves de su viejo Mustang que adornaban su pantalón.

-Si no la quito del camino, va a joderme.- refunfuñó él. Travis se río en su lugar. Su amigo era capaz de cualquier cosa, y eso le enorgullecía de alguna forma. Los tres lo vieron salir del añoroso departamento de Ryan.

Explicar lo que era Justin, era un completo misterio. Ni.siquiera el mismo se conocía. Hace dos años habia entrado a rehabilitacion por voluntad propia, era un tipo malo. Perdía el control muchas veces, sin necesidad deue alguien lo haga enfadar. Era enérgico. Totalmente impulsivo. Frío. Calculador. Egocéntrico. A pesar de ser el menor de los tres, conocía perfectamente li que era la vida y lo mal que esta jugaba a veces. Por eso, y por muchisimas cosas mas, era quien era. Y nadie... nadie podía con el.

Encendió su auto. Empire State of my mind sonó de inmediato en los amplificadores. Pensó en muchas cosas. El auto avanzó. Mierda, pobre Sara. Ni siquiera se imaginaba lo que le esperaba por a ver conocido a aquel tipo en la mañana. Pero se lo merecia. De esa forma lo veia el. Si se metian con el, se hundian. Que lastima. Penso de nuevo. Pero no se arrepentia, al contrario, se iba a divertir mucho esa noche. Tal vez ni siquiera matarla haría falta, tal vez Sara podía darle algo mejor a cambio. Ya lo vería. Seguramente no se negaria si metia su gran masculinidad entre sus piernas. Era solo cuestion de pensarlo dos veces. Por suerte, había estudiado muy bien la vida de cada uno de los trabajadores de ese banco. Conocia sus nombres, sus casas, sus vidas, las personas que lis rodeaban.. todo.. absolutamente todo. Lo unico que no conocia... era ella.

Y la recordó y no se detuvo, al contrario. Siguio manejando al compas de la lluvia que empezaba a caer de pronto. Un recuerdo mas, un ligero recuerdo de ella, ¿por que no la conocia? ¿acaso no los habia estudiado perfectamente a todos? ¿por que ella no? se le habia escapado de una manera increible. Otra vez, mojo sus labios con delicadeza. Estaba buena... no podia negarlo, ni lo haria, no lo haria nunca.. le habia llamado mucho la atencion. De tan solo recordar ese precioso culo que adornaba su cuerpo. Mierda, lo ponia muchisimo. Cerro los ojos y los volvio abrir, tratando de no tensarse demaciado. Si lo hacia, tendria que parar a medio camino para hacer ciertas cosas pensando en ella... y detuvo el auto.

El primer semaforo de la calle se lo ordenaba. El parabrisas se lleno de varias gotas de agua continuas. Justin bajo su ventanilla un poco, necesitaba sentir el aire fresco que la lluvia le ofrecia. Y asi lo hizo. Topandose de pronto, con la silueta de una mujer que estaba a puntl de cruzar la calle. Encendio los faros de su auto. Y pudo divisarla era ella.

Tentation - Justin Bieber y Tu.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora