Estuve el resto de la tarde pensando en lo malagradecida que habia sido con Cher. Desde pequeñas, ella siempre ha cuidado de mi y las veces que la he necesitado, siempre ha estado para mi. Derramé un par de lágrimas antes de decidir que iría disculparme y regresé al departamento en cuanto sentí que la noche comenzaba a enfriarse.
Las luces aún estaban encendidas, y noté a los tres aun en la cocina.
Cher se giró y me miró atentamente cuando me detuve a un metro de ella.
Me sorbí la nariz y bajé la mirada, sintiendo un gran nudo en la garganta.
Habia llegado a la conclusión de que mis actitudes hacia ella se debían por Bucky. Era estúpido; ella era lo único que tenia, no podía perderla por el simple hecho de que un hombre la habia elegido sobre mi.
Me mordí la lengua para tranquilizar mis ganas de llorar y alcé la mirada.
-Cher, yo...- suspiré.- lo lamento. Siempre has cuidado de mi y yo he sido una desconsiderada.
Ella negó con la cabeza.
-Gin, no, yo...- dijo levantándose, pero alcé una mano para callarla.
-Soy una idiota, lo se, no tienes que decir nada. Hemos pasado por esto miles de veces, me has visto en las peores situaciones y aun sigues cuidándome. Yo... simplemente no te merezco. Pero debo agradecértelo todo porque no sería nada sino fuera por ti.
Se acercó hasta mi y me tomó entre sus brazos.
-Calla, tonta.- murmuró.
Reí, justo cuando comenzaba a llorar de nuevo. Hundí mi cabeza en su cuello y le correspondí fuertemente el abrazo.
En cuanto nos separamos, me giré hacia Steve; Cher no era la única con la que estaba dispuesta a disculparme.
Iba a tomar su hombro cuando se levantó de golpe y se paró frente a mi.