Un sonido nos despertó de golpe a ambas, y aun somnolientas buscamos de qué se trataba. Al final, resultó ser el teléfono de Audrey el cual recibía una llamada.
Desconocía la hora, pero a juzgar por la falta de luz del exterior, sabia que aun era de madrugada.
—Diga...— respondió ella quejosa.
La miré ceñuda, esperando que me dijera de quién se trataba para partirle la cara por despertarme.
—Oh, Tony.— soltó sorprendida, abriendo sus ojos como platos. —yo... ah, si... es que... si, yo... ¡dejame hablar!
Me sobresalté debido a aquel grito.
—Tranquilízate, estoy con Ginger en el departamento.— respondió ya mas calmada.—¿tienes idea de la hora que es?
Espero unos segundos y después se despegó el teléfono del oído para mirar la pantalla. Sus ojos volvieron a ensancharse. Entonces se levantó y encendió la luz.
—De acuerdo, papá número uno, cálmate.— dijo.— estoy con ella, si quieres te la paso... ok, entonces deja de gritarme como desesperado.
Esperó unos segundos y volvió a hablar.
—Supongo que no tenemos de otra, pero que sea rápido porque Fury quiere vernos a ambas.
Entonces colgó y por fin me miró.
-De acuerdo, tal vez hice mal en escaparme y no avisarle, pero no tenia derecho a gritarme de tal manera.- me dijo, pero algo me decía que estaba hablando consigo misma.
Yo simplemente me quedé mirándole.
-Es tarde, Gin. Muy, muy tarde. Iré a tomar una ducha rápida, antes de que Stark llegué.
Sentí un vuelco en el estómago.
-¿Stark va a venir?.- dije, bueno, casi grité.
No esperé a que respondiera porque ya estaba parada preparando mi ropa.
-Dejame ducharme antes.- le pedí.
-Oh, no.- se negó y la miré.- te tardas mucho.
-¿Qué? Tú te tardas lo mismo que yo, incluso más.
Ella volvió a negarse. La miré ceñuda y me levanté.
-Bueno, entonces quien gane.- dije y antes de terminar la frase ya estaba corriendo hacia el baño.
Y ella corrió detrás de mi, pero no sirvió de mucho ya que ella llegó 1 segundo después, y ambas nos estrellamos contra la puerta.
-Déjame bañarme primero, Cher.- le dije.
-Yo lo dije primero.- respondió ella.
-Oh, vamos, no pierdes nada.
-No quiero que me vea desnuda.- respondió.
-¿Por qué tendría que verte desnuda?.- pregunté mirandola sin sentido.
De pronto se abrió la puerta y ella entró.
-Gané.- dijo sacando su lengua.
Yo hice lo mismo y ella lo repitió.