(Los personajes no son míos, los he tomado prestados para esta adaptación, al igual que la idea original de esta historia)
Hermione, una joven castaña de veintiún años, era una de las modelos de la agencia de moda "DagKlére". ¿Cómo había llegado hasta dónde estaba? Solo ella lo sabía. Sus padres habían fallecido cinco años atrás en un accidente automovilístico. Y al ser hija única se habia quedado sola. A Hermione muy poco le importaba, lo que las demás personas pensaran de ella, decían que había hecho de todo para conseguir ese trabajo, porque conociendo su procedencia, seguro que habría tenido un amorío con varios, para obtener ese puesto.
Ella no se sentía menos por haber llegado a Londres, de provincia, es más, las personas que la conocían veían a una joven dulce y encantadora. Pero para este mundo de la moda que la rodeaba, que se consideraba por ser frívolo y superficial, las apariencias estaban a la orden del día, al igual que los rumores. Y las modelos eras consideradas, frías, banales y superficiales.
Hermione se encontraba sola en su encantador departamento, sentada en el sofá. En el fondo sufría, pero eso era cosa de ella. En el mundo en que vivía tenía que aparentar y ocultar sus sentimientos. Solo se abría a aquellas personas que pudiesen ganarse su afecto. Su vida profesional llenaba muchos vacíos, pero eso no la hacía sentirse menos sola.
El timbre del teléfono desconcentro a la castaña de sus pensamientos.
–Diga –contesto levantando el auricular.
–Hermione, soy Luna, en la noche hay una fiesta, ¿Vienes?
–Sí, ¿en dónde es?
–En el Pub, "Black", pero no te preocupes paso a recogerte a tu departamento. –dijo la rubia.
– ¿A las nueve te parece? –preguntó.
–Excelente, allí estaré entonces.
Las fiestas eran cosas de todos los días para Luna, y Hermione, por lo que no le sorprendía que dijeran que ellas eran frívolas y banales. Mientras esperaba que fuera las nueve de la noche, se propuso disfrutar del atardecer, sentada en su sofá y viendo el ocaso a través de su ventana, con los edificios a su alrededor.
Cuando llegó la hora de alistarse, sabía que irían a un pub o discoteca, se puso una blusa de gasa sin mangas color negro, con cintas que hacían un lazo en la espalda y una falda floreada de Chanel. Unos pendientes de Dolce & Gabana, sandalias negras y un reloj de Versase.
Luna llego vestida con su estilo alocado, un minivestido con vuelos de tirantes de Anna Molinari, con unos pantis calados con flores, su bolso de mano de Calvin Klein y unas sandalias negras de Helmut Lang.
– ¿Nos vamos? –preguntó ella sonriendo, cuando la castaña hubo bajado.
Hermione asintió con la cabeza y se fueron. Ambas jóvenes llegaron a la discoteca, había varios amigos de ambas que tenían en común. Cuando estaba conversando con Ron, un amigo que tenía en común con Luna, entró un hombre que acaparó todas las miradas femeninas, era alto, atractivo, cuerpo de un dios griego, cabello negro y unos hermosos ojos verdes, que pareciera que no mata una mosca, pero se mataba un enjambre si se lo proponía ... y muy rico, escandalosamente rico. Un hombre de negocios que se quedó sin padres demasiado joven y poseedor de una fortuna fabulosa.
La deslumbró enseguida, se sintió realmente atraída hacia él, aunque por dentro, su sentido común le decía que era un hombre peligroso. Lo sabía porque Luna y otras chicas le habían hablado acerca de él.
Con la llegada de Harry, las mujeres se ponían nerviosas y los hombres recelosos.
Ron le dijo en el oído a Hermione. –Ten cuidado, ese se las lleva de calle.
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CAYENDO EN MI OBSESIÓN [PAUSADA]
FanfictionEn un mundo frívolo, de lujos y apariencias. Al guapo y millonario Harry Potter, ella le pareció una conquista fácil... pero se equivocó. Y terminó cayendo, en lo que se había convertido en una obsesión... Conquistarla.