♱ EL CHICO DE LA OUIJA ♱

═╬•••►Capítulo 2◄•••╬═

Aquella fresca y nublada mañana prometía lluvias vespertinas, tal y como le gustaban a Sam. El día no había comenzado tan mal después de todo, pues durante la primera hora de clases pudo notar como Aaron la miraba por encima del hombro, con aquellos grandes ojos verdes luminosos que tanto le gustaban.
—Oye Samy, ¿Has visto como te mira Aaron?— Le susurró la astuta Cindy al oído.
Las mejillas de la pelirrubia se sonrojaron.
—Oh... No lo había notado. ¿Realmente crees que esté mirándome a mi? No he dormido bien hace días, y mira mi maquillaje es un desastre hoy...—
La morocha fruncio el seño y cruzando los brazos sobre el pecho respondió.
—Deja la bobería Sam.
La rubia se quedó en silencio, tan solo por un momento.
—Realmente debo verme mal, lo de que no he dormido en días es verdad.—
Comenzó diciendo. —¿Recuerdas que te conté sobre la Ouija?
—Si, y te dije que estabas loca.
Negó rapidamente con un movimiento de cabeza y luego continuó. —Cindy, creí que había terminado allí, pero las cosas han empeorado. Todas las noches escucho ruidos, vienen del ático, parecen ser rasguños, de algún tipo de animal de un tamaño considerable. Huele horrible allí arriba, y tengo curiosidad de ver que hay, pero me da miedo...—
La muchacha sonrió.
—¿No vas a decirme nada?
—¿Sabes qué te diré? Que el truco no te ha funcionado.
—¿De qué truco hablas?
Sam no entendía nada, mientras tanto el resto de sus compañeros volteaba a verlas.
—No somos idiotas, todos nos hemos dado cuenta de tu patético intento por llamar la atención. Primero te hiciste la mosca muerta cuando murió tu madre, eras la pobre huérfana desamparada...— El tono de su voz y sus gestos  le daban un tono burlezco y cruel a sus palabras.— Y luego ahora, no conforme con hacer el papel de víctima... comenzaste a ver fantasmas, "Ay Aaron estoy tan asustada, ¿podrías hacerme compañía esta noche? Tengo miedo de que me devore un fantasma." ridícula.—
[C]El discurso de Cindy realmente había sido humillante ¿Cómo se atrevía a decir todas esas cosas frente a todos? ¿Por qué tuvo que exponer sus sentimientos frente a Aaron?. Las miradas nuevamente volvían a estar sobre ella, como si estuvieran esperando a que el "show" continuara. Algunos reían, otros se hablaban entre ellos, otros simplemente la miraban, esperando una respuesta.
—No, nada de lo que has dicho es verdad... tú no sabes nada de mí, nada.— Inmediatamente tras haber dicho esto tomó sus cosas y se fue, largandose del colegio a mitad de la clase, e ignorando los reclamos de los directivos.
Camino a casa finalmente rompió en llanto, no había sabido que más decir, se sentía una tonta, ridícula y sobre todo se sentía herida, por todos aquellos que alguna vez se hicieron llamar "amigos".
Sus manos temblaban al mismo ritmo que sus sollozos, mientras que aquella suave brisa le acariciaba las rojizas mejillas, provocando que sus lagrimas rodaran hacia la punta de su nariz. Sam sonrió, sonrió al recordar a su madre diciendo que: Cuando lloras es porque tienes una fuga, y debes repararla con una sonrisa y mucho amor. La sonrisa estaba allí, ¿Pero el amor? ¿Habría huido de aquel mundo junto a su mamá? Porque de ser así, ella también prefería huir.
Al llegar a su casa descubrió que Jota no se encontraba allí, lo cual le pareció ideal ya que sería el momento propicio para averiguar qué había allí arriba. El miedo había desaparecido, al menos por un momento, y debia aprovecharlo.
Tras subir las escaleras aquel olor putrefacto comenzada a hacerse cada vez más intenso, debía haber algo pudriéndose allí. Su mano derecha temblaba al abrir la puerta, mientras que con la izquierda se cubría la nariz.
—Demonios...— Exclamó al sentir como aquél edor se le metía por las fosas nasales provocándole nauseas. —Santos cielos Aurora...
El sangriento espectáculo no era precisamente algo agradable a la vista, y el olor tampoco era de gran ayuda. Decenas de pájaros degollados se encontraban esparcidos dentro del lugar, algunos en avanzado estado de descomposición. Pero ¿Cómo una pequeña gatita habría podido cazarlos a todos y destriparlos de esa manera en apenas un par de días? Y lo más curioso... ¿Cómo logró meterlos allí estando aquella habitación bajo llave y con las ventanas cerradas? ¿Realmente había sido Aurora...?
—Volviste...— Exclamó de pronto una voz masculina que  provenía de entre las sombras. —¿Por qué me dejaste solo?
Sam volteó con rapidez, esta vez no sería una cobarde...