Biodiversidad

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Cuatro mil millones de años de evolución explican la variedad de especies animales y vegetales que habitan el planeta, cuando las aguas de un mar primitivo empezaron a formarse moléculas complejas capaces de auto duplicarse, desde entonces la evolución ha ido moldeando las distintas formas de vida y puliendo las interacciones entre ellas.

Todos los seres que hoy viven en la tierra comparten esa misteriosa existencia molecular, esta variedad de formas de vida se explica con el concepto de biodiversidad definida por la biología como la variedad y variabilidad de los seres vivos y de los ecosistemas donde cada especie cumple y desarrolla una determinada función ecológica.

Cuando pensamos en biodiversidad generalmente vienen a nuestra mente las selvas amazónicas verdes o los increíbles arrecifes de coral en los mares tropicales, sin embargo, incluso nuestro hogar está lleno de vida. Arañas e insectos se arrastran en los rincones y grietas. Los mohos, algas y hongos florecen en nuestros alimentos y en nuestros cuartos de baño. Las hierbas y malezas crecen en nuestros jardines, y las aves y los mamíferos acampan en nuestros áticos, sótanos y chimeneas.

Las más recientes estimaciones sobre la cantidad de especies que viven sobre la tierra

abarcan entre 1,5 millones y 2 millones, sin embargo los biólogos establecen que este número solo indica una pequeña fracción del total de especies que pueblan la tierra, ya que el total rondaría entre 5 y 50 millones dependiendo de las distintas estimaciones.

Los argumentos económicos también ofrecen razones de peso sobre la importancia de la biodiversidad. Los diferentes tipos de plantas, animales, hongos y microorganismos nos proporcionan alimentos, medicinas, combustible, materiales de construcción, fibras para prendas de vestir y productos industriales, entre muchas otras cosas.

Esta diversidad en cualquier comunidad natural implica un equilibrio del ecosistema en cuestión porque cada especie cumple y desarrolla una determinada función ecológica, por eso es que la pérdida de la diversidad, como consecuencia de la acción voluntaria del hombre a través de la contaminación, caza de especies que se encuentran en proceso de extinción, entre otras cuestiones, alarman muy profundamente y preocupan a aquellos defensores de las mismas y también a aquellos que aunque no lo son no desean formar parte de un planeta devastado y desequilibrado por las maniobras y falta de conciencia de algunos seres humanos en su obrar.

Esta pérdida de especies por las razones que mencionamos significará una menor regulación para el ecosistema.

El hombre y su cultura como producto y parte de esta diversidad debe velar por protegerla y respetarla.

En las extinciones masivas que se han dado a lo largo de la historia del planeta han intervenido fenómenos naturales en forma de volcanes, asteroides, parásitos, virus, variaciones de temperatura y aumento de la concentración de ciertos elementos como el oxígeno o los cambios climáticos.

Sin embargo la desaparición de especies que se está dando en la actualidad no se debe únicamente a la extinción natural, sino también a las acciones humanas nocivas tales como la contaminación o la invasión de especies no nativas.

Por eso los organismos defensores de la naturaleza hablan de crisis ambiental que ocurra cuando el hábitat de una especie o de una población sufre cambios críticos que desestabilizan su continuidad.

Será preciso entonces que el ser humano como especie superior a las mencionadas contribuya al equilibro y la supervivencia de estas porque son las que en definitiva lo ayudarán a autorregularse.

La lista roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza recopila el estado de conservación de las diferentes especies a nivel mundial, estima que el número de especies amenazadas es de 5.624 para los vertebrados, 2.101 para los invertebrados y 8.321 para las plantas.

Los diversos hábitats naturales protegen las áreas de las condiciones meteorológicas peligrosas. La cobertura vegetal protege los suelos de la erosión. Los bosques funcionan como una barrera contra el viento, útil en áreas agrícolas, mientras que la vegetación de pantanos y dunas de arena ayuda a cuidar las zonas costeras de la erosión causada por el mar y el viento.

Por otro lado, los ecosistemas ayudan a reducir el cambio climático local y global, al mantener un sano equilibrio de los gases en la atmósfera. Los árboles y otras plantas previenen la acumulación de dióxido de carbono en el ambiente, lo que reduce el riesgo de calentamiento global.

El reciclaje de nutrientes es otra razón por la que la biodiversidad es importante para nuestro planeta y las bacterias y los hongos juegan un papel crucial en ello, mientras que algunas plantas son vitales para la fijación de nitrógeno en el suelo.

Especies como las cañas actúan como filtros naturales, facilitando la eliminación de los residuos de las aguas superficiales y muchas bacterias se encargan de descomponer los contaminantes de bajo nivel.

Respecto a los animales, las aves, los murciélagos y los insectos desempeñan funciones importantes como polinizadores de plantas de alimentos, tales como verduras y frutas, y también son a menudo los enemigos naturales de malezas, plagas y enfermedades que pueden dañar los cultivos, ayudando a mantener un equilibrio.

Finalmente, Algunas especies supervisan la salud del medio ambiente, pues pueden detectar e indicar cualquier cambio en él. Por ejemplo, el fallo de la cría entre las aves de presa puede apuntar a una acumulación de pesticidas en el sistema, o los líquenes como los que se encuentran cada vez más en los árboles, pueden ser indicadores sensibles de los niveles de contaminación del aire.

La crisis ambiental es una crisis de civilización, es la crisis de un modelo económico tecnológico y cultural que ha depredado a la naturaleza. Esta situación se profundizará si el hombre no modifica la forma de relacionarse con el entorno y deja de anteponer el beneficio económico a la sostenibilidad de la vida.

Aunque cada vez más países se están sumando a los protocolos internacionales en defensa del medio ambiente y han redactado planes de sostenibilidad, la realidad es que la crisis ambiental cada vez se profundiza más.

Muchas alteraciones humanas son del orden o mayores que los cambios naturales, acercarse como sociedad a la sostenibilidad significa que las sociedades vayan incorporando el concepto de Biomimesis. Es decir que imiten a los ecosistemas naturales, no por un imperativo moral, sino porque son ellos los que han demostrado ser capaces de perdurar y evolucionar en el tiempo, por este motivo la Asamblea General de la ONU declaró el 22 de Mayo como Día Internacional de la Biodiversidad, recordando que cada generación recibe una agregación de cambios pasados aumentados o reducidos, y esos cambios pasan a la generación siguiente con un mundo cambiado por ellos mismos todavía más, recordemos que con cada especie que se extingue el mundo pierde una obra de arte.

Los seres humanos hemos aprovechado la variabilidad genética y "domesticado" por medio de la selección artificial a varias especies; al hacerlo hemos creado una multitud de razas de maíces, frijoles, calabazas, chiles, caballos, vacas, borregos y de muchas otras especies.

Las variedades de especies domésticas, los procesos empleados para crearlas y las tradiciones orales que las mantienen son parte de la biodiversidad cultural.

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