EPISODIO 7

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Melodiosas notas se acoplaban con los latidos del corazón, el cansancio de todo un día laboral quedó en un suspiro, su cabellera roja llegaba hasta sus voluminosos glúteos, la mirada era suficiente para comunicar lo que se quería. Mientras tanto, en él se veía el sudor que empapaba su camisa, los pasos que daban para acercarse el uno al otro eran tan intensos que parecían flotar. Se saludaron muy normal, se sentaron a cenar; hablaron de casas, su arquitectura y grandiosidad, sobre el diseño que podían arreglar. Pero su mirada no se despegaba de sus cuerpos, y cada palabra era de relleno. Agnes toma el vino y finge regarse un poco en la boca, mueve sus labios para secarse, mientras su mirada intensa se dirige hacia los ojos de Dante.

Ella se levanta, camina al cuarto de espaldas mirándolo a él, transmitiendo su apasionada trama, él se deja llevar y la sigue hasta la entrada; ella se sienta, cruza las piernas, mueve su cabello y coloca las manos atrás. Él la mira de arriba a abajo, se acerca, la toma de la mano; ella se levanta y mientras suena una muestra musical ellos empiezan a bailar, recordando la boda que terminó sin juegos de amar. Luego sus manos la empiezan acariciar, mientras sus labios  se frotan sin cesar; con sus dedos peina su cabello, luego baja la mano suavemente, con temperatura fría al tocar, pero por dentro hirviendo de pasión sin casi poder respirar. Detrás de ella se encuentra un espejo, y él mira el reflejo de su figura sin igual; mientras sube la mirada la sangre mas rápido empieza a correr, hasta que llega su mirada a su propio rostro y algo extraño ve en él, pues los rasgos de su papá sin explicación alguna el mismo Dante empieza a ver, luego desconcertado se retira de Agnes y al verle la cara observa el rostro de su mamá.

Continuará...

Nuestra Primera VezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora