Notas: El capítulo más largo hasta ahora. Sorry.
10. Ai no suite: Eros
La luz apenas entraba por las gruesas cortinas color acero de la habitación, Makkachín se estiró, aún dormido, empujando con sus patas las piernas de Yuuri, que se acomodó aún más hacia el lado izquierdo de la cama, sorprendiéndose al no encontrar a su otro ocupante. Su conciencia comenzó a comprender dónde estaba, con quien y a preguntarse dónde estaba el dueño de casa. Desde la cocina se escuchó un ruido de tazas siendo acomodadas y el japonés se relajó dejándose caer sobre el colchón de la cama tamaño king. Makkachin también había despertado y le dio unos lametones en la cara, sacándole unas risas.
Viktor usaba su buzo de ejercicio color celeste, llevaba una bandeja con dos tazas humeantes de café, unos paninis calientes, frutas y una flor solitaria. Yuuri tuvo que aguantar la risa nerviosa cuando Viktor puso la bandeja en la cama y le pidió a Makkachín que se bajara al piso, donde estaba su plato recién servido de comida húmeda y croquetas.
"Todos comen gourmet hoy, por lo visto", comentó Yuuri tomando una taza de lo que parecía un Mokkaccino, con la cantidad precisa de leche, cacao, canela y espuma. Viktor asintió, pero la mirada interrogante del japonés sobre él le hicieron confesar.
"Está bien, corrí al Starbucks que está a dos cuadras y compré unos de esos galones de café y todo lo que está en la bandeja para poder servírtelo, pero te juro que está todo fresco. Yuuri sonrió de igual manera, acercándose a entregarle un casto beso antes de seguir comiendo. Ambos lo hicieron en silencio, intercambiando miradas. Uno podría pensar que con tanta domesticidad, Yuuri se sentiría completamente cómodo junto al ruso. Después de todo habían dormido juntos y al parecer - si es que en verdad habían dormido juntos en el cumpleaños de Phichit - no era la primera vez que lo hacían. Pero el nerviosismo aún estaba allí.
Cada vez que Viktor demostraba interés en él, debía decirse a sí mismo que era real; que no lo estaba imaginando. Los besos, incluso los que él iniciaba, lo dejaban con un mareo placentero y estaba seguro de que su expresión era un chiste. También estaba la contradicción entre que cada beso y abrazo le producían un escozor, una sed por más. Yuuri siempre quería más, pero no tenía el valor para tomar la iniciativa o permitir que Viktor lo llevase más lejos. Principalmente porque tenía miedo de que su inexperiencia le hiciera arruinar todo, Viktor ahí notaría que Yuuri no era lo que él esperaba. Porque Yuuri se veía delgado, pero tenía una pequeña capa grasa sobrante a los costados, los muslos anchos, estrías alrededor de su cadera y su falta de sol se veía en la palidez de su piel cetrina y todo eso le llevaban a tener una actitud pudorosa que estaba seguro que era lo más matapasiones del asunto.
No había manera de que una persona atractiva y segura de sí misma como Viktor deseara a Yuuri cuando supiera lo que incluía el paquete completo.
Viktor por su parte se sentía transformado, normalmente estaría desesperado con la tensión sexual, pero esta nueva versión de sí mismo no quería nada que Yuuri no quisiera. Así que se contentaba con besos; largas sesiones de besos y caricias sobre la ropa y luego se dormía conforme con saber que Yuuri estaba con él. Se había convertido en esta persona que se conformaba con vivir la experiencia que era Yuuri Katsuki; el japonés no tenía idea del poder que tenía sobre él, si Yuuri quisiera podría atarlo, desarmarlo, deshacerlo y Viktor no sentiría que estaban abusando de él. Por lo pronto le sirvió más café y lo observó comerse los últimos bocados de su panini.
Luego del matrimonio de JJ, se quedaron el resto del fin de semana donde del ruso. El lunes por la mañana, caminaron dos cuadras desde el departamento de Viktor hacia el Central Park, Makkachin estaba encantado trotando al lado de ambos y aún más cuando Viktor rentó un carruaje para que los llevara al otro extremo del parque, hacia la salida que daba al Music Hall. En el trayecto Yuuri se entretuvo mirando a los transeúntes y a la expresión fascinada del poodle que olfateaba en dirección a los caballos.
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Yuuri on chords [Victuri]
FanfictionEl joven y genial director de orquesta Viktor Nikiforov llega a revolucionar la sinfónica de Nueva York; la misma donde el joven violinista Yuuri Katsuki espera su gran oportunidad de ser dirigido por su ídolo. AU basado en Mozart in the Jungle.