Capítulo 5

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Entramos a mi hogar notando en el proceso que todo estaba en completo silencio, es un poco extraño pues se supone que a estas horas Deidara y papá están en casa, bufé ante la soledad que se inundó en el hogar desde que abrí la puerta

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Entramos a mi hogar notando en el proceso que todo estaba en completo silencio, es un poco extraño pues se supone que a estas horas Deidara y papá están en casa, bufé ante la soledad que se inundó en el hogar desde que abrí la puerta. Dejé mi morral en el suelo quitándome de igual manera la liga que sostenía mi cabello en una coleta alta mal hecha.

El sonido de un traste cayéndose captó la atención de Sakura en sobremanera, agarro con inseguridad el paraguas que se hallaba a mi costado.

La única opción disponible es que tendría que seguir al pie de la letra los consejos que me dio Deidara un día cuando tenía trece años.

Caminamos con sigilo hacía la cocina como ninjas. Cuando lo vi, el desgraciado estaba de espaldas, me escondí atrás de la repisa para que no notara mi presencia, y funcionó.

Le escuchamos murmurar el contenido de la despensa de mi familia. Los nervios se recorrían en todo el cuerpo de Sakura y el mío.

Sin esperarlo Sakura se levanto un poco tentando para tomar el cuchillo que estaba encima de la repisa, no sería homicidio si rectifico que fue en defensa propia, ¡buena idea!. Ya estando más segura de lo que realizaría mentalice mi complicidad y dejé a Sakura actuar.

-¡Muere desgraciado! -cerré mis ojos imaginando que el arma no fuera tan letal.

-¡Niña Sakura! -no puede ser, esa voz...

-¡Ay, señor Inoichi! -abrí mis ojos tratando de comprender la situación, al alzarme note que el cuchillo yacía clavado en la pared cerca del rostro de mi rubio progenitor.

-¡Casi me matas niña! -grito asustado tocándose con ambas manos su pecho donde se encontraba su corazón-. ¡Por poco y me da un infarto!.

-¡Eh! ¡Lo siento! -torpemente Sakura se disculpo cómo siempre hacía-. Yo pensaba que... Bueno, ya sabe, era un, ehm... Ladrón.

-¡Papá lo sentimos mucho! -aclare asustada, sí, completamente miedosa de casi perder a mi querido padre.

-Ay hija... -sentándose en una silla que se encontraba detrás de él, acerque mi presencia a la suya-. Debo hablar con Deidara respecto a la forma en la que te está enseñando a defenderte, casi cometes homicidio.

-Pero iba ser en defensa propia -hice una mueca al oír eso de Sakura, la principal culpable. Acercándose golpee su pantorrilla lo que la obligo a quejarse-. ¿Perdón? -sonriendo la inque con fuerza.

Mi padre nos veía, pronto tuve su mano izquierda acariciando mi cabello.

-Eres tan parecida a tu madre -susurro.

-Lo sé, siempre me lo repites -dije con melancolía-. Me hubiera gustado convivir más con ella...

-A ella igual -respondió levantándose-. La cena ya está ¿comen ahora o esperan a que llegue tu hermano?.

-Comemos ahora -Igual levantándome ayude a Sakura a ponerse de pie.

Obtuve un bajo agradecimiento de ella, seguía avergonzada de sus acciones así no tendría un escándalo de su parte. Sin embargo, la chillona voz de Deidara nos paralizó un instante.

-Que mala pensé que dirías "no comeré hasta que llegue mi hermoso y sensual hermano mayor" -percatándose de Sakura la saludo y por supuesto ella le regreso el saludo embobada.

-¿Desde cuándo estas ahí parado idiota? -pregunte autosuficiente.

-¡Ino tu vocabulario! -recibí un regaño de mi padre. Mientras la rubia de Deidara reía junto a la mal amiga Sakura.

Con despreocupación me acerqué a mi rubio hermano pero por dentro me moría de miedo por recibir de nuevo una llamada de atención.

-Iré a poner el mantel, Deidara tú y papá sirvan la comida ¿entendido?. Ven Sakura -tome su mano.

-¿Desde cuándo te gusta ser líder, hermanita? -pregunto divertido Deidara.

-Desde que descubrí que eres un homosexual de closet -respondí con una sonrisa similar a la que hacía el mejor amigo de Deidara-. Sólo apresurate.

Al ya estar todo en orden para la comida, nos dispusimos a alimentarnos hasta que todo se fue al caño ante lo dicho por Deidara

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Al ya estar todo en orden para la comida, nos dispusimos a alimentarnos hasta que todo se fue al caño ante lo dicho por Deidara.

-Soy homosexual -dijo repentinamente haciendo que mi padre se ahogara con su pedazo de carne.

-¿Qué? -fue lo único que logró pronunciar nuestro patriarca tartamudo.

-¡Lo sabía! -dije esta vez-. Tienes pinta de un pilluelo gay.

-¿Por eso tanto interés por el arte? -murmura mi pelirrosa amiga desconfiada.

-Auch, hermanita eso me dolió un poco pero no tanto como lo que dijo Sakura -dramáticamente contrajo su rostro en una expresión dolorosa pero se recuperó rápidamente-. Y sobre eso, ¡era broma!, en realidad estoy saliendo con alguien.

-¿O sea qué...? -inquirió Sakura tratando de descifrar lo que dijo.

-Tengo novia, osea que ya tienes cuñada querida -sonrió mirándome.

-¡Ese es mi hijo! -orgulloso vi a mi padre dándole unas palmadas en signo de felicidad. Lo único que hice fue alzar mi ceja inconforme.

-No lo acepto -cruzándome de brazos inche mi pecho-. Ni siquiera la conozco.

-Oh no te preocupes tonta hermanita, la conocerás muy pronto.

Resignada suspire, quién diría que de un casi asesinato toda la tarde se convertiría en algo disfuncional. Que nos tachen de familia de fenómenos incluyendo a Sakura, por favor.

Problema Yamanaka Donde viven las historias. Descúbrelo ahora