Prólogo

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¿Alguna vez has escuchado de la reencarnación? Hay muchas historias y varios porqués; algunos dicen que reencarnas porque es un ciclo de la vida, todas las almas pasan por un proceso y son limpiadas hasta convertirse en un alma pura disponible para alguien más, y otros dicen que después de haber sufrido en tu vida pasada, finalmente tienes una oportunidad de ser feliz.

Yuuri Katsuki no recuerda cómo se llamaba ni por qué murió, no recuerda porque no le importa y no quiere perder el tiempo en trivialidades que, seguramente, son mitos propagados por los abuelos. En fin, a Yuuri, un alfa, sólo le interesa dibujar, pintar y esperar a que su matrimonio se concrete con su mejor amiga, una beta, y futura esposa. Los intereses de ese japonés son simples para un joven de 19 años de carácter amable y piadoso, aunque a veces caiga en la torpeza.

Sin embargo, si la vida no fuera entretenida, la mayoría de la humanidad se hubiera desesperado. Así, el destino jugó con los sentimientos de Yuuri Katsuki en sus sueños y le narró en una sola noche aquello que no creía, y en su mente resonaron distintas frases, pero en especial, hubo una que lo obligó a despertarse en la madrugada:

"En esta vida o en la otra, siempre te buscaré y te amaré con la misma intensidad. No lo olvides, porque tú y yo somos almas gemelas. Ni el tiempo ni el espacio lograrán destruir nuestro amor, porque nuestro amor es eterno".


Nota:  separé la explicación del prólogo para no confundirlos. Continuaré publicando el viernes. ¡Hasta la próxima! 

Una promesa congelada #YuriOnAwards2017Donde viven las historias. Descúbrelo ahora