Cumpliendo un sueño

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Naruto Namikaze era un reconocido escritor, sus historias llenas de misterio, terror y crímenes le hacían llegar al segundo puesto de ventas de libros, siempre superado por el misteriosos autor "Hamaru Ōtsuka" del que nadie conocía rostro ninguno, ni si quiera los grandes magnates de las más importantes editoriales.

Pero este dato no influía en Naruto para nada, él continuaba con sus escrituras, era una persona cuyo talento alcanzaba límites insospechados... siempre y cuando su desquiciado editor, y mejor amigo, Sasuke Uchiha, le daba una patada en el culo para que espabilara un poco.

Y aquella ocasión no era menos.

Su libro más famoso era la serie del detective "Kyuubi" cuyo verdadero nombre tenía planeado revelar en el siguiente libro que entregara... y a Sasuke se le estaba agotando la paciencia con Naruto, tanto, que veía su propia integridad en peligro.

Sabía que Naruto era un vago irremediable, y que estaría durmiendo a pierna suelta, como siempre hacía. Por lo que entró a su casa, cuidadosamente, utilizando la copia de llaves que su rubio mejor amigo le había dado por si ocurría alguna emergencia, llegó a la puerta de su habitación y...

–¡Naruto! ¡Levanta el maldito culo de una vez de la cama y ponte a escribir!– dijo Sasuke dando una patada a la puerta y asustando a Naruto en el acto.

–¡Teme! S-Sólo me estaba echando una siestecita– tartamudeó de terror al ver la cara de su mejor amigo, y el aura asesina que desprendía... Sasuke daba a veces auténtico miedo.

–¡Naruto! – dijo una voz femenina, aún más tétrica que la de su mejor amigo.

La madera del suelo, rechinaba por el peso del caminar de alguien; de repente la habitación se congeló, y el ambiente se puso helado.

–Oh, no... aquí viene... – pensó.

Una figura más pequeña que la de Sasuke asomó por la puerta, era la esposa de su mejor amigo, y su mejor amiga de toda la vida, Sakura Uchiha, anteriormente conocida como Sakura Haruno.

Sakura, mirando con furia a Naruto, pegó un puñetazo a la pared, haciendo que su mejor amigo se abrazara con terror a su marido, que también le miraba aterrado, aunque no lo mostrara tanto como el escritor.

–Levántate– dijo después de sacar el puño del hueco que había dejado en la pared.

–¡S-S-SÍ! – Naruto se puso en pie lo más rápido que pudo y se dirigió a encender el ordenador.

Después de media hora, el ambiente se había calmado, mientras que Naruto escribía con auténtica concentración, pues de no ser así puede que muriese a palos por sus dos mejores amigos, Sakura y Sasuke preparaban té en la cocina del rubio, y revisaban las diferentes peticiones de las editoriales.

Sakura no era editora, en realidad, ella era una aspirante a neurocirujana, que ahora estaba realizando las prácticas para poder acceder a dicha especialidad, y Sasuke, por otro lado, era editor, pero últimamente su familia le había dicho que ese trabajo le iba a acabar dando una úlcera, que debería relajarse un poco.

En verdad, la familia Uchiha, quería a Naruto como un hijo más, pero sabían que iba a acabar matando a Sasuke si éste no entregaba sus trabajos a tiempo, y se ponía más las pilas.

–Cariño, ¿le vas a contar a Naruto sobre lo que has hablado con tu abuelo? –preguntó Sakura mientras se acercaba su marido con una taza de té.

–Primero quiero que acabe el maldito libro, después se lo contaré.


Tras cinco horas encerrado en su habitación, sin para ni un momento de escribir, Naruto había completado su trabajo, sólo faltaba que Sasuke le echara un ojo y le dijera los fallos que debía corregir.

Faceless WriterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora