Eran casi las diez en punto de la noche y no podía terminar de dibujar uno de sus bocetos, estaba algo incómodo y sabía la razón. Observó sobre su hombro al chico que estaba recostado en su cama. Parecía jugar con un cubo de Rubik.
— Adrien, no es que me moleste tu compañía, pero dudo que estés aquí sólo para jugar con eso. —Señaló. El aludido levantó la vista y sonrió.
— Tienes razón, te tengo noticias. —Dejó el cubo a un lado de la cama.
— ¿Acerca de? —Preguntó. El rubio pensó en la forma de decirle sólo lo necesario. No tenía que saber con exactitud todo lo que había hablado esa tarde con Chloé.
— Nathanaël, necesito que dejes todo lo que estás haciendo y me prestes mucha atención porque lo que voy a decirte va a gustarte. —El pelirrojo levantó una ceja y acercó una silla para quedar al frente de él.
— Bueno, te escucho.
— ¿Tienes con quién ir al concierto de Jagged?
— Uhm, pensé que iríamos en grupo.
— Sí, hubo un ligero cambio de planes. —Se enderezó y recargó un codo sobre su pierna. Su expresión cambió a una más divertida.
— Te conozco desde hace bastante tiempo, ¿qué has hecho? —Formó una sonrisa.
— Lo que un buen amigo haría.
— Deja el enigma y dispara. —Adrien rodó los ojos.
— Chloé me dijo que-...
— ¡Ah, Chloé! ¿Qué te dijo? —Gritó y se levantó de su asiento. Empezó a caminar de un lado a otro. Actuaba como un león enjaulado. El rubio ya veía venir esta reacción, siempre lo hacía cuando empezaba una oración con el nombre de la chica.
— Cállate y escucha. —Le dijo bruscamente.
Nathanaël se mordió el labio inferior y volvió a sentarse. Tenía que calmarse y dejar de actuar como un idiota cuando oía el nombre de ella.
— Antes, tienes que saber que no estás obligado a decir que sí, puedes rechazar la propuesta si así lo deseas. —Tenía que reconocer que era bastante bueno para picarle la curiosidad a las personas.
— ¡Demonios, Agreste! ¡Habla de una jodida vez! —Exclamó.
— Le quitas la diversión a todo. —Bromeó. — Chloé me pidió que te convenciera de tener una cita. Creo que le gustas, remolacha.
Nathanaël no se inmutó por la comparación de su cabello, estaba procesando la noticia.
Adrien tenía una expresión pícara en lo ojos y una sonrisa contenida. Estaba disfrutándolo.
Sabía lo muy idiotas que se ponen las personas cuando están enamoradas.
Chasqueó la lengua y luego dijo: — Tu silencio dice mucho, tal vez deba llamar a Chloé y decirle que ya tienes planes...—Sacó su teléfono del bolsillo, buscó el último número en su registro y presionó el altavoz. Una voz femenina no tardó en atender del otro lado.
— ¿Diga? —El pelirrojo reaccionó al instante y se arrojó sobre él como a uno de esos luchadores de la WWE*. Le arrebató el aparato y cortó la llamada. Dio una bocanada de alivio.
Adrien molesto lo empujó con el pie y este cayó fuertemente al piso.
— Viejo, debes buscar otra manera de decir "acepto." —Se quejó. Le dolió un poco el impacto, pero al menos no le fracturó una costilla.
ESTÁS LEYENDO
Dopamina
FanfictionÉl creía que era una chica tonta y sin ningún encanto femenino, el tipo de mujer del que ningún hombre se detendría a mitad de la calle para observarla con descaro, sin embargo, había algo en Marinette que lo irritaba más que a nada, y era su terque...