Respira

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Las despedidas no son lo mejor del mundo y más cuando no tienes la certeza de cuando volverás a ver a las personas que amas. Me encontraba emocionada pensando en cómo sería vivir en otro país, al otro lado del mundo, sabía que habia cosas a las que tendría que acostumbrarme, hacerlo no sería tan difícil.

Despues de una despedida muy emotiva por parte de mis padres y amigos me adentre a la sala donde mi vuelo me esperaba para llevarme a mi nueva vida, me encontraba tan emocionada y nerviosa que no podía conciliar el sueño, admiraba como se veían las estrellas y las luces de las ciudades rodeadas de la noche, era un paisaje realmente hermoso. Cuando aterrice en el aeropuerto de los ángeles una chica con traje y cabello chino me recibió diciendo que ella estaría conmigo durante el año para ayudarme en la adaptación de la escuela, me daba risa un poco su pronunciación de algunas palabras. Durante el camino descubrimos que ambas teníamos cosas en común. Al llegar a la academia me esperaba la directora, ella me dio la típica bienvenida, donde yo le agradecía por todo, me guio hasta mi dormitorio  y despues se alejó excusándose que tenía muchas cosas que hacer.

Kristen me enseño la escuela y era más grande y hermosa de lo que las imágenes mostraban, me sentía emocionada y al mismo tiempo aterrada.

*5 años despues*

Lo único que escuchaba era un pitido que no paraba de reproducirse al ver esa escena, ¿en qué momento él supo de esto? ¿Cómo fue que el hombre al que le prometí amor eterno ahora era un cuerpo sin vida?. Todo pasó en cámara lenta, ver como la bala llegaba a él, como caía al sucio pavimento y como por última vez nuestros ojos se conectaron para jamás volverlo a hacer. Un grito desgarrador salió de mi ser, sin saber cómo actuar corrí hasta donde ahora se encontraba el cuerpo, su cara ahora pálida me mostraba su pómulo derecho algo morado y sus labios resecos por el maltrato que habia obtenido por parte de sus opresores, al ver su rostro el sonido de las balas regreso, recordé donde me encontraba y busque con la mirada al líder de la banda que habíamos estado investigando y siguiendo durante seis meses; nuestras miradas chocaron y sentí furia, odio hacia él. Con las manos ensangrentadas tome la pistola que guardaba, me lévate, camine a una distancia razonable  y le apunte directamente a la cabeza, pero algo me detuvo no sé si fue el grito de Kristen pidiéndome que me detuviera o la mirada de miedo que el líder de la banda me brindo, no dispare, pero seguí apuntándole, esperando a que lo esposaran y lo llevaran ante un juez para que lo encerraran toda su vida en la cárcel.

-May, ¿Te encuentras bien?.- Kristen sonaba preocupada, pero en lo único que podía pensar era en que mi prometido estaba a unos metros de mi muerto, las lágrimas no tardaron en salir, los brazos de mi mejor amiga fueron el refugio perfecto, ella me abrazo y sin decir nada sabía que ella me ayudaría a salir de este dolor. Las ambulancias llegaron, tomaron el cuerpo de Jax, lo subieron y lo llevaron al hospital, yo no entendía porque hacen eso, si yo vi el instante en que su camisa blanca se convertía a un rojo carmesí. Quería ir a verlo, entrar a su cuarto y que me recibiera con su perfecta sonrisa, que me abrazara con sus fuertes brazos y que me dijera que toda habia sido una de sus tantas bromas pesadas; pero cuando todos me vieron co  tristeza todo quedaba claro Jax Wilson habia muerto, el empresario que prometía un cambio en el mundo de las finanzas habia caído para ser un recuerdo más.  

Todos me decían que lo sentían. ¿En verdad lo hacían?, yo les brindaba una sonrisa.

-May, cariño, en verdad lo lamento Jax siempre estará en nuestra memoria.- mis padres en cuanto se enteraron tomaron el primer vuelo, para pasar la pena de su hija y no se sintiera más sola de lo que ya estaba.

La agencia en la que trabajo me dio un tiempo para poder recuperarme, mañana es el entierro de Jax; todas las noches que llegaba a casa, caminaba hasta nuestro cuarto y rociaba un poco de su perfume, sé que suena masoquista pero eso me hacía sentir menos sola. Las noches eran insoportables y hoy la sentía eterna. La luna estaba hermosa alumbrando en todos los rincones posibles, al verla sentí ganas de gritar todo lo que nadie entendería, no lo hice solo la observe, encontré la figura de conejo y me sentí feliz, tal vez Jax estaría haciendo negocios con los ángeles o tal vez con algunos demonios.

No supe en que momento me quede dormida, hoy era un día soleado, una ligera brisa lo acompañaba. Tome mis cosas y me aliste par este día, las piernas me temblaban cada vez que me aproximaba al lugar donde él sería enterrado, observe con detenimiento y pude darme cuenta que la mayoría de nuestros amigos estaban presentes. Mi madre me tenía apretada mi mano mientras mi padre hacia lo mismo.

El orador hablo, diciendo que ahora debíamos dejarlo descansar y que nunca nos dejaría solos. Todos se fueron, al anochecer no quería entrar a casa, Kris tuvo que hacerme entrar y dormir, se quedó conmigo como cuando éramos unas adolescentes queriendo conocer todo el mundo y lo logramos gracias a nuestro trabajo, habíamos estado en Rusia, Paris, México, Barcelona, España, Puerto Rico, Cuba, etc.

-Gracias por estar conmigo.- Kris me sonrió

-En las buenas y en las malas.- la abrace y deje que todo a mi alrededor desaparecía, haciendo que mi cuerpo se relajara y dejar por un momento que mi cerebro no repita la escena donde perdí a mi prometido.


Stone coldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora