No mires atrás.

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Ha paso un mes desde que Jax no está conmigo, una semana antes de que todo esto ocurriera, yo habia ido a escoger mi vestido de novia estaba muy nerviosa, pues al fin nuestros planes estaban saliendo como lo planeamos, él no sabía que yo trabajaba la CIA, para el yo solo era una licenciada en relaciones exteriores. Kristen y yo sabíamos que el líder de la banda de drogas habia descubierto cual era mi punto débil, pero jamás pensé que lo llevar a otro nivel, aún recuerdo la palabras que me dijo por teléfono amenazando con hacerle algo a Jax, yo no le creí...

-Deja de molestarnos y tu noviecito saldrá intacto.- la voz gruesa de ese hombre me daba escalofríos.

-Entrégate y nos ahorramos estas charlas.- mi voz sonó más fría de lo que esperaba

-Cariño deja de jugar a la valiente, no me dejas libre y Jax pagara las consecuencias.- cuando él dijo esto yo me empecé a reír, el sujeto molesto. Esa misma noche le pedí a Jax que tuviera mucho cuidado. Estábamos en nuestro cuarto, abrazados y acostados.

-¿Jax?- el me contesto con un sonido de su garganta- Por favor cuídate mucho ¿sí?- a lo que él me contesto con un abrazo muy fuerte.

A la mañana siguiente, todo iba como siempre; yo me levantaba temprano para preparar el desayuno; mientras que él se arreglaba para ir a su empresa, el bajaba y ambos desayunábamos, nos despedimos, yo me subí a arreglar. Llegue a las oficinas, Kristen ya estaba ahí.

-¡Maya! Gracias a tu platica con Darel, los localizamos y hoy mismo vamos por ellos para interrogarlos.- eso me puso muy contenta nuestro trabajo estaba teniendo resultado. Nos equipamos con lo necesario. Chalecos antibalas, pistolas, las placas y un escuadrón, todo estaba bajo control.

-¿Lista?- le sonreí a Kristen

-¡Lista!- ella me grito, nos sonreímos como la primera vez que logramos que nuestra victima fuera a la cárcel.

-Señorita Maya, tiene que oír esto.- me hablaba el jefe, no entendía porque, puso la llamada en alta voz y la voz de Jax se escuchaba a lo lejos, estaba gritando.

-¡Maya!-

-Señorita Black, tengo un acompañante que no sabía nada de su futura esposa.- esa voz macabra de ese hombre hizo que un escalofrió pasara por todo mi ser, una impotencia cubrió todo mi cuerpo.

-No le hagas daño.- mi voz sonó más fría de lo que yo esperaba, la llamada fue cortada. Sabía que podría ocurrir algo así, pero por eso habia procurado cuidar de Jax, esto no estaba dentro de mis planes.

-Tenemos que ponernos en marcha.- fue lo único que pude escuchar. Ideamos un plan. Conducimos al lugar donde se encontraba la banda, en lo único que podía pensar era en Jax y que no le hicieran daño.

Nos estacionamos afuera y unos cuantos entraron a la bodega, despues de los minutos más largos de mi vida, vi cómo fueron sacando uno a uno, pero no salía Darel, ni salía Jax, entonces se vio como la bodega estallo en llamas, todos corrimos a escondernos atrás de los carros, alce la mirada y ahí estaba él, con Darel, lo tenía con una pistola en la cabeza, la risa de él era la más macabra que habia visto en mi vida.

-¡SUELTA A MIS HOMBRES Y YO LO DEJARE IR!- mi cuerpo empezó a temblar, respire y observe como todos poco a poco se acercaban a ellos, mis piernas no me obedecían, todo se veía en cámara lenta, entonces todo paso tan rápido, Darel carcajeo y le disparo, haciendo un eco en todo el lugar.

ESTO NO ESTA PASANDO. No no no no. Vi como el cuerpo de Jax caia lentamente.

....

Despues de pasar horas en la sala leyendo las cartas de lamentación y deseándome algo mejor en mi vida, me encontraba perdida en mis pensamientos, deseando haberle dicho la verdad a Jax y tal vez, solo tal vez, él seguiría conmigo, pero el hubiera no existe. 

Stone coldDonde viven las historias. Descúbrelo ahora