"Mis alas, recuerda que no necesito reír para llorar; bastante me ahogo en ellas ahora, por lo mucho que me haces sonreír. Por ti, cumplo mi sueño; pero igual, aunque en lo que te escribo me leo como una persona buena, no lo soy y lo sabes. Así que, aunque tu inexistente alma implore que llores, no lo hagas. No lo vale".
Tuyo;
S.A✥ ✦ ✥
—¿Todo está bien? —me pregunta una enfermera al verme con adherida al popote flexible, libando una agua con tónicos de limón; debajo de mis obres tenía unas ojeras malvas, que apreciaban lo poco que he dormido estos días. Observaba la ventana reducida, que dejaba ver el cielo azafranado. Me crucé de brazos, girándome completamente hacia ella —ya que la observé encima del hombro—.
—Estoy bien, no tiene porqué preocuparse.
—No se preocupe, le aseguro que estará bien.
Le dediqué una mirada hierática, como a veces me hacía Asher, esta se encogió de hombros y semejé su acción; no me sentía a gusto con mi comportamiento reacio que tenía últimamente, pero no puedo dejar que sea mi omega. Inalteradamente, me sentía desconcertada, y muy avergonzada de mí misma desde lo que sucedió con él, pero trataba de no parecer triste por el asunto.
—Gracias.
Se dispuso a volver su camino, pero se acercó a mí, colocando una mano muy cuidadosamente en el brazo. No la aparté pero la observé con retrospectiva.
—Sé que es difícil, y quizás me vea mal, pero yo la admiro por el gran amor que siente por ese hombre, y de verdad, repito, él estará bien.
—Gracias. —repetí con el corazón aguado.
Me senté en el suelo, y sentí que me pesaba el alma y fue rodando hasta el centro de la tierra, y se embelese con su núcleo ardiente, dejando mi cuerpo gélido, y cuando percibo mis pestañas muy cerca de mis mejillas significa que estoy aquí, ahora, pero mi ser estaba tan triste que se saltaba de mi cuerpo, y yo moría en el proceso.
Generalmente no hablo de esto, pero hace ya tanto tiempo que... No me sentía así; he tenido tanto que hacer que lo pasaba por alto, y hablo, de hecho, de mis ataques de ansiedad producto de mi depresión.
Depresión moderada-alta.
Recuerdo vivamente cuando me sentía con una cárdena tan grande en mí que no me importaba lo que pasara conmigo, y los cigarros rosas formaron a ser mis peras; los hombres, mi néctar más codicioso que la palabra obsesión; dañar mis ojos con la pantalla de la televisión sólo para tener un excusa para tener un punto fijo en la nebulosa; mi manta en dónde me ocultaba para que nadie se me acercase, y en las calles, lo era mi bufanda o miradas tan llenas de odio hacia mí misma que alejaba a los demás.
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Peccata minuta
FantasySi crees que tus pecados quedan sellados en tu corazón, estás equivocado. Más aún si de verdad crees que eres el único el cuál los carga. Mi pecaminoso estado ya no me adormece el corazón. Es como si me hubiera salvado de caer al vergel. Con su obr...