Ajustó en el aparato de su muñeca:
Año 776
—¡Hasta luego pequeño! —se preparó para partir.
—Oh... —se desanimó el niño.
—¿Qué sucede? —le acarició la barbilla.
—¿Volverás a jugar conmigo?
—¡Te lo prometo! —le sonrió—. Y así podrás contarme más sobre tu papi ¿sí? Ahora sé un niño bueno y vuelve a casa a estudiar, tu madre debe estar preocupada.
—¡Adiós señorita! —se despidió enérgico el niño.
Marcó, le dio la vuelta al reloj, pulsó el botón, y en un parpadeo, regresó a la época anteriormente planteada, para ver al muchacho. Luego de echar un vistazo en el año 758, decidió pasar a conocer otra face del pequeño Gohan. Pues la tecnología le abrió las puertas para sanar su herida, y visitar a quien una vez amó.
Días faltaban para el torneo de Cell, mientras Trunks, Vegeta, Piccoro y los demás se mataban entrenando para tan esperado día, Gohan pasaba tiempo de calidad con su padre. Feliz y sano, Gohan pudo liberar su mente de la presión y el estrés del apocalipsis universal por una semana. Gohan, comenzaba a comprender la vida, y todos los matices que tiene ésta, sin perder la pureza de su ser.
Pasaba por el bosque cerca de su hogar y la encontró. De nuevo, en el mismo sitio.
¡Vaya que sí era guapa! Esos ojos, su melena, su finura facial, su piel de ceda. Gohan creyó presenciar una aparición angelical que llamó su atención y produjo nostalgia. Dibujaba sobre la tierra con un palito, sentada en un tronco cerca del arrollo.
Perplejo, permaneció observándola sin decir una palabra.
—le sonríe—
—se sonroja—
—¿Quieres sentarte? —preguntó ella indicando el espacio a su lado.
En silencio, obedeció mientras ella no paraba lo que hacía.
—Mi nombre es Gohan... —le pareció conveniente recalcar mientras la observaba trazar.
Ella estrechó su mano al niño.
—¿No me dirás tu nombre?
—Bueno, eso... es confidencial, pequeño.
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(...)
—¿Quién eres tú? —preguntaba el niño confundido.
—Em... ¡Soy tu amiga, pequeño!
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—¡Oh! Ya veo... —respondió Gohan junto a ella.
Un corto silencio perduró, hasta él decidió añadir:
—¿Nos conocemos...?
—Por supuesto pequeño, yo te vi crecer.
Enunciación que perturbó a Gohan, y lo hizo entrar en razón.
—¡¿_____?! —la expresión facial que generó no tuvo nombre.
Ella sonrió al muchacho.
—¡¿Por qué tanto drama?! —la abrazó experimentando una inmensa felicidad—. ¡Cuánto tiempo!
