Al día siguiente su hermano despertó con resaca, le costó mucho despertarse para acompañar a su padre al partido de basketball al que acordaron ir hace unos días.
Jimin agradeció que su padre solo pudo conseguir dos entradas, no había podido dormir bien por esperar a su hermano y aprovechó la tarde para dormir todo lo que quisiera.
Su madre fue a visitar a su abuela y tenía la casa para él solo.
Se recostó en su cama solo con ropa interior, hacía algo de calor.
Cuando de repente el tiembre sonó, junto con unos golpes en la puerta principal.
Intentó ignorarlo pero quien estuviera afuera era muy insistente. Medio dormido bajó.
Abrió un poco la puerta y solo asomó su cabeza. Era Jungkook.
Sin esperar una confirmación empujó la puerta, haciendo que Jimin retrocediera.
─ Vengo por mi polera, tu hermano la trajo puesta ayer, no te preocupes, subo yo a traerla.─ sin decir más subió corriendo las escaleras.
Jimin no tuvo tiempo para ir por ropa para cubrirse, Jungkook apareció con la prenda en brazos al cabo de unos segundos.
─ ¡Gracias!...y...lindas piernas.
El mayor se quedó a un lado de la puerta sin poder procesar lo que acababa de pasar. Quiso controlar el sonrojo que subió por sus mejillas pero falló miserablemente.
