Cada uno estaba sentado a un lado de la cama, sus nervios e incomodidad eran notorios. Quizá, había sido una mala idea después de todo.
Era la primera vez de Jimin en un hotel. Tan solo había tenido un novio, con el que duró un par de meses, él solía llevarlo a su auto para prolongadas sesiones de besos. También había conocido a tipos en discotecas o fiestas, de esos que luego de bailar un rato lo llevaban a los baños. Después de eso había dos opciones: nunca más los volvía a ver o si lo hacía, era como si no se conocieran.
De alguna manera se había acostumbrado a tomar al sexo como una necesidad, igual que comer y dormir. Puede que eso mismo hizo que le siguiera el juego al amigo de su hermano, por simple curiosidad.
─ ¿Estás seguro de esto?
Jimin giró y por primera vez en todo el rato miró el rostro de Jungkook. No supo qué responder.
─ Siempre existe la posibilidad de irnos, nadie nos retiene aquí.
Jungkook tenía razón, quizá habían ido muy lejos con la broma; pero había algo, no sabía explicar qué, que hacía que quisiera quedarse, al menos a pasar la noche.
─ Dije en casa que no volvería y la habitación ya está pagada.
Jungkook asintió y sin decir más comenzó a quitarse los pantalones.
