Prólogo.

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     El sonido de la carne siendo desgarrada y arrancada inundaba la habitación. Pequeños sollozos y una respiración pesada se escuchaban de vez en cuando.
     Un hombre, ahora transformado en una bestia blanca y terrorífica estaba cubierto de una sustancia roja y caliente, que según él se sentía como la gloria y sabía aún mejor. La muerte se podía oler en ese lugar y aquella bestia se gloriaba de ser el causante.
     La sensación de la sangre escurriendo por la comisura derecha de sus labios era tan cómoda, sus garras enterradas en la piel de su víctima era tan satisfactorio, ese lugar era tan suave y casi podía tocar el hueso. Se sentía tan poderoso y fuerte, tenía mucho sin sentirse de esa manera.
     Aún en esa escena tan sangrienta y deliciosa, aún devorando a su débil víctima un sonido fuerte y escandaloso lo distrajo. Se arrepintió tanto de no haber apagado su celular antes. Ese sonido estresante no se detenía, lo estaba poniendo de mal humor y él no quería eso, por lo que se resignó y contestó la llamada.  
-¿Yoongi hyung?- dijo la persona en la otra linea, eso basto para saber de quien se trataba. Era Jimin, su pequeño mejor amigo. Al instante tuvo su transformación, convirtiéndose en el flaco y debilucho chico de siempre, con su cabello rubio y su piel pálida, sus ojos rasgados y sus facciones sutiles.
-¿Si?- no pudo controlar su voz, sonaba más ronca, más poderosa y exaltada.
-¿En dónde está, Yoongi hyung?- comenzaba a oírse molesto, y dudoso. -Estoy en casa. - carraspeo un poco para que su voz sonara normal. -Está con otra chica, ¿no es cierto? Fui a su casa, Yoongi hyung, no está ahí. No tiene por que mentirme, no soy idiota... pasesela bien. - Y colgó la llamada. Sabía que se había molestado y estaba en su derecho. Habían quedado en ver una película esa noche y llevaba casi una hora de retraso, pero al día siguiente se preocuparía por aquello, al día siguiente se dedicaría a contentar a su pequeño mejor amigo. Hoy, esta noche, disfrutaría de su festín.
     Pasó su muñeca por sus labios, sintiendo la sangre seca en ellos y por su cuello, sonrío de lado... y dio otra mordida.

SEMPITERNAL →YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora