Queridísima Brooke;

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Extrañaré ver la luz encendida de tu habitación mientras te desvelabas escribiendo sobre desquiciadas princesas iguales a las brujas. Es difícil recordar desde cuándo exactamente comenzó tu pasión por la escritura, podría ser cuando recién aprendiste a hablar y le temías a todas tus muñecas, diciendo que en la noche te decían cosas, que, hoy puedes considerar adorables, como cuando tu muñeca Mary dijo que se comería tu trozo de pastel en la fiesta de tu hermana pequeña.
Amabas la vida en la granja, y cómo no si allí viviste tus primeros quince años. No tenías amigas pero puedo recordar que hasta el último día que vivimos allí; ya habías escrito decenas de cuentos, ¿Los recuerdas? Pero desgraciadamente nuestra pequeña y humilde casa se había incendiado por accidente cuando los cuatro salimos para poner al tanto cómo iban los estudios en casa. Todos lloramos púes la ropa, muebles y otros utensilios fueron destruidos, intentamos salvar lo que pudimos pero no fue posible rescatar gran cosa. Sólo salvamos el espejo victoriano que me regaló mi madre y algunos cepillos y peinetas. Cuando creí que era momento de cambiar de vida al pueblo más cercano que era a treinta minutos, entré a tu habitación lamentando toda la creatividad que tanto soñabas con demostrar al mundo y entonces allí estaban, ¡Tus cuentos completamente bien! Al parecer los habías puesto en el cajón de tu escritorio. Pude ver las esquinas de tus hojas por el pedazo que desapareció del cajón. Las tomé y les sacudí las cenizas para guardarlas en el bolso.
Quería dártelas con entusiasmo pero en cuánto llegamos a vivir al pueblo, llegabas llorando a la casa por todo lo que te privamos en la granja como tener un celular o una computadora. En cuanto nos recuperamos de la desgracia te compramos la computadora y el celular y de la nada dejaste de escribir cuentos, comenzabas a tener una vida social, o eso creí hasta que un día me asomé a la pantalla y estabas escribiendo cuentos por computadoras. Seguías con la pasión pero la expresabas de otra forma.
Guardé por diez años estos escritos y cuando conociste a Liam, supe lo que debía hacer. Mientras ibas a trabajar a la capital para ayudar en la boda, yo me puse a transcribir cada uno de tus veinte cuentos que no se hicieron nada porque los que estaban en la superficie eran imposible leerlos por tanta ceniza y por los años que tenían que hasta la tinta había perdido su color en la hoja.
Finalmente, felicidades eres una bella mujer que acaba de contraer matrimonio con un hombre simpático que no alienta a que lo llame yerno, sino, hijo. Con el tiempo de Dios tendrán una hermosa familia llena de valores, no cabe duda de que todos heredarán tu cabellera negra y rizada como la mía, mi gen siempre ha sido el más fuerte (aunque tu padre lo haya negado en vida), que el cielo ocupaba a alguien con ojos miel para que bendiciera a tus hijos antes de nacer. Sigo llorando por su pérdida aunque haya sido hace seis años, sigo culpándome por haber permitido que haya ido a trabajar sabiendo que la autopista estaba resbaladiza por causa de las lluvias. que lo veíamos cada fin de semana desde que nos mudamos en el pueblo pero aún así era la mitad de mi alma.
Él hubiera amado a tu esposo igual que yo.
Fuiste un gran modelo de hermana mayor para Anneliese, púes ella sueña con encontrarse a alguien en la vida igual a Liam.
Te amo con cada letra  de cada palabra de cada uno de tus cuentos. Y claro que eso es poco. Nunca dejes de creer en la magia, yo temía que algún día eso fuera a ser tu perdición pero ha sido todo lo contrario.
Cree.
Con amor y sabiduría;
Tu madre.

Cuentos De HadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora