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A Jungkook le había llevado tiempo planear cómo le pediría a Yuju ser su novia oficialmente, conocía a la chica y sabía que le gustaban las cosas románticas, así que después de devanarse la cabeza tratando de llegar a una buena idea, la que tenía en mente, convenciéndolo totalmente era una locura que lo hacía rogar al cielo para que su madre aceptara participar en ella.

-Por favor, mamá. -rogó, mirando a su progenitora con ojos de un cachorro demasiado tierno y débil para andar por sí mismo- Te prometo que valdrá la pena. La conozco desde hace mucho tiempo y sé que ella es a la chica que quiero a mi lado por bastante tiempo más, es tan sencilla, bondadosa, hermosa y su voz... Wow, madre, su voz es la voz más hermosa que yo jamás haya podido escuchar, ¿no te parecería tierno escucharla cantarle nanas a tus nietos? Ni hablar de ellos, serían tan talentosos que podrían llegar a ser grandes estrellas.

La señora Jeon rió, enternecida por la escena que le estaba montando su hijo, su petición era sencilla: Prestarle la casa de su madre, la abuela de Jungkook. Para poder declararle su amor a la chica que le había robado el corazón. No es que la señora Jeon desconfiara de la integridad de su hijo y pensara que él haría otras cosas ahí, pero es sólo que, le entraba la melancolía al pensar que su único hijo y también el único recuerdo vivo que le quedaba del gran amor de su vida, quisiera usar esa morada tan clásica y acogedora, para poder decirle a la chica que él creía que era la mujer de su vida, que la amaba y que quería estar con ella. No quería que su pequeño Jungkook la dejara pronto, así cómo un día su madre lo hizo. Pero entonces aceptó, porque su mamá habría querido que apoyara a su nieto en un acto tan puro cómo ese.

-¿Es en serio? -preguntó Jungkook, sombrío. Ensanchó una sonrisa del tamaño de un gajo de naranja- ¡Por Dios! ¡Te amo, mamá! Ya verás que ella te encantará, no más que a mí, pero sí. ¡Se llevarán de maravillas!

La señora Jeon sonrió y acarició el cabello de su hijo. -No lo dudo, pero... ¿Qué tienes preparado para ella?

-Bueno, verás...

. . .

Los rosales podados daban una imagen vívida de lo que podría ser el amor de Yuju y de Jungkook, el césped podado y verde, tan verde que daba envidia no poder ser la primavera, el camino de piedras que brillaba con el sol.

-¿Está es tu casa? -cuestionó Yuju, emocionada. Deteniéndose a unos pasos de la rejilla de madera que daba paso al jardín- ¿Por qué no me lo dijiste? ¿Está tu mamá aquí? Pude haber traído algo.

Jungkook rió, era evidente que Yuju estaba nerviosa y sólo atinó a darle un apretón a su mano para que se relajara.

-Lamentablemente está no es mi casa -aclaró, sonriéndole mientras quitaba el pasador de la rejilla para abrirla- Es la casa de mi abuela, ella murió hace tres años pero mamá y yo nos encargamos de cuidarla y venimos todos los fines de semana desde ese entonces. Es linda, ¿verdad?

Yuju se había quedado muda al escuchar aquello, pero asintió enérgicamente.

-Lo es. Se nota que la cuidan muy bien.

-Es cómo un signo de que mi abuela no ha muerto todavía para mamá y para mí, y que a pesar de que no esté físicamente con nosotros, seguimos cuidando su amor y valorándolo día con día.

Yuju miró con ternura y a Jungkook y cerró sus ojos para besarle la mejilla. -Tu abuela está muy alegre por eso.

Al pasar por el jardín Yuju aspiró con calma el dulce aroma que desprendía y miró cada flor con atención, estaba claro que todo lo hacían con cariño y eso le encantaba, sentía que de algún modo Jungkook podía cuidar de ella y de sus sentimientos de una manera tan especial y llena de amor. Se sintió feliz, si Jungkook no daba el paso definitivo para oficializar una relación, lo haría ella, porque quería contarle a todo el mundo que estaba enamorada de un chico de gran corazón y una enorme pasión por lo que adora.

-Pasa -Jungkook invitó a Yuju, a medida que abría la puerta para que ella accediera al interior, Yuju abrió los ojos enormemente y por la impresión se dio la media vuelta para encarar a Jungkook.

La sala estaba llena de globos, y del techo colgaba un letrero que en letras rojas se podía distinguir una petición: "¿Serías mi novia?"

Por las mejillas de Yuju resbalaron un par de lágrimas de felicidad, el chico que quería era el mejor, y la mejor parte de eso era que estaba con ella. Yuju susurró un: "Sí." Apenas audible, así que después de levantar la cabeza, dijo: "Sí, sí quiero."

Jungkook la abrazó con fuerza durante unos segundos y finalmente cuando se separaron ambos se fundieron en un beso largo y cálido.

-Estoy embrujada por ti -dijo Yuju cuando se separaron unos centímetros y sus narices se rozaban.

-Menos mal, así no te sientes mal porque la casa también lo está -Jungkook bromeó, soltando una risotada por la reacción de Yuju.

Su historia apenas estaba comenzado y no querían que terminara pronto, y no lo haría si se esforzaban por ello. Después de un rato, Jungkook encendió la radio y tomó la mano de Yuju, para bailar con ella en la sala, en medio de los globos, las serpentinas y el confeti.

Estar embrujados por amor nunca se había sentido tan bien.

HAUNTED 『Jeon Jungkook + Choi Yuna』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora