Cedrik me esperaba ansioso y me sonrió en cuanto me vio salir del salón. Yo igual le sonreí.
—¿Ya llevabas rato?— le dije.
Negó con la cabeza y miraba mi mochila. Yo estaba confundida...
—Déjame cargar tu mochila por ti.
—Cedrik...— dije perpleja.
Seguía mirándome, como no se pensaba mover, se la di sin oponerme y de nuevo sonrió.
—No es ninguna molestia para mi Mariam.
Caminamos juntos por el pasillo mientras platicábamos de como nos fue en clases. De nuevo pasaba por aquella sala de profesores, no podía, la curiosidad me mataba para ver si estaba él ahí. Y después de mirar un par de segundos lo vi sentado al final de la sala recogiendo sus cosas.
Cedrik me miró con curiosidad.
—¿A quién buscas? — me dijo también asomándose.
Me di cuenta de lo que hacía, lo jale para evitar que mal interpretará cosas. Estaba tranquila porque no estaba la de estatal, por suerte él estaba solo.
—No es nada importante. A que darnos prisa, ¿te parece?
—No es mala idea —rió y ahora fue él quien me jaló —. Aparte no tardará en llover.
Sentía como si algo en mí por un momento estuviera completo, después de un tiempo siento que soy yo misma.
Llegamos a una cafetería un poco alejada del instituto, pedí un capuchino. Cedrik pidió un café y de postre me invito una tarta de queso.
—Cedrik... Gracias por invitarme, para ser sincera, nunca me habían invitado a comer.
—Es todo un placer para mí — me sonrió — Cuentame de ti, me corrió un rumor de que eres de Argentina.
Estaba algo despistada, hasta que dijo eso. ¿Quién fue el chismoso que corrió el rumor?
—¿Cómo sabes eso?— le dije
—Me dijeron unos amigos que iban contigo el anterior año. Eres estudiante de intercambio, ¿no?
<<Maldito Jorge es el único que le habla a Cedrik>>.
—Pues se podría decir que sí — no tenía otra opción, y no quería ser grosera con Cedrik.
—¿Porque te cambiaste de escuela?
Es un poco agobiante que me pregunten sobre mi pasado, ya que me trae tristes recuerdos.
—Pues mi mamá es de Argentina y mi papá es de España. Entonces decidieron vivir mi niñez en Argentina. Hasta que a mi papá por parte de su trabajo, tuvo que regresar a España. Hice mi examen para la secundaria y logre ingresar a este colegio. Entonces llevo viviendo en Barcelona 4 años. Pienso estudiar la universidad en Argentina.
—Wow es sorprendente. Entonces, ¿dónde naciste?
—Aquí en España. Pero por los trabajos de mi padre, no estamos estables en ninguno de los dos países.
—Entonces llevas más años viviendo en Argentina... Igual extrañaría el lugar donde crecí.
—Sí, solo espero regresar — suspire.
Me había criado en Buenos Aires, en una pequeña granja. Ahí me cuidaban mis abuelos maternos y mi mamá, como siempre, a mi papá solo lo veía en días festivos o vacaciones. Cuando entre a la primaria, teníamos que regresar a la ciudad. Tengo tantos recuerdos de Argentina, que ya espero con ansias regresar. Regrese a la realidad cuando me pregunto:
—¿Y alguien te gusta?
—¿Qué? — lo mire sorprendida. Eso no me lo esperaba.
—¿Qué si alguien te gusta? — me sonrió.
Viéndolo bien es muy atractivo, tal vez saldría con él, pero por el momento es una atracción. Tal vez lo que siento por Ahian es una atracción por su forma de enseñar... Eso creo.
—No estoy segura — deje la cuchara que tenia mi bebida, y sentía como las mejillas me ardían. Me estaba poniendo nerviosa.
Me observó y soltó una carcajada; obviamente noto que me puse roja.
—Te habéis puesto roja. No te pongas nerviosa que no muerdo.
—Y a ti, ¿quién te gusta?
Agarró su café y lo empezó a beber. Estaba algo más tranquilo que yo.
—Muy pronto lo sabréis — me guiño un ojo.
Después de dos horas de mucha plática, Cedrik me dejó en mi casa. Es un chico súper lindo no puedo quejarme.
—Me encanto estar contigo el día de hoy. Espero que volvamos a salir — le dije abriendo la puerta de mi casa.
—Yo encantado de estar con vos. Nos vemos mañana — me acerque y le di un beso en la mejilla.
Por un momento me agarro de la muñeca y me apretó un poco fuerte, pero yo me aparte de inmediato. Le sonreí y cerré la puerta; me deje caer lentamente sonriendo como tonta. Casi me besa en los labios, pero es obvio que no podía suceder.
En la noche les llame a mis amigas Sofia y Michel, les conté con detalle todo lo sucedido y me dijeron que ya me querían ver con un novio. Nunca he tenido novio, sorprendente pero cierto. Quería contarles lo de mi profesor, pero es obvio que me verán mal. Por el momento es mejor guardar lo que siento por Ahian.
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Mi Profesor
RomanceUna historia basada en hechos reales... Y fue así como mi vida se fue hacia abajo, desde que él aparecio. El dolor y los sentimientos, eran un gran torbellino, uno tan grande, que no tardó en convertirse en problemas. .....