XIII

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Jeff no dijo nada, seguía mirando el retrovisor mientras el coche avanzaba como una luciérnaga en medio de un oscuro bosque, dejando tras de sí una fina estela de agua. Rugiendo entre el ruido de la lluvia golpeando el suelo y de sus neumáticos aplastándola, obligándola a saltar lejos de ellos.

Mike miró un momento a Jeff. Detuvo el coche.

-¿Qué es lo que no me cuentas?

-¿Qué? ¿Por qué paras?

-Dime que me ocultas, no arrancaré hasta que no me lo digas, ¿por qué iban a seguirte ahora, después de quince años?- Mike sacó las llaves del contacto.

-No lo sé- Se puso más nervioso al ver que aquel coche negro que llevaba dos noches aparcado frente a su oficina apareció tras ellos- Mira Mike, ¡Mira! ¡Son ellos!

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