AFFATTO

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KyungSoo se deslizó hasta caer, sudaba un poco y respiraba agitadamente. Su manta estaba cerca a su cama, pero las rodillas no querían sostenerle. Se sentía como un bloque de hierro.

Le consolaba saber que el individuo pronto se marcharía y le dejaría solo, nuevamente. Solo, muy solo. Suspiró con pesadez. Todo iba a estar bien, de una u otra manera volvería a su estado natural y disfrutaría de su hogar como lo ha hecho toda su vida porque las paredes y los libros siempre han sido buena compañía. Eso quería y por fin iba a tener algo que él deseara. 

Sin embargo, el suelo se dejaba escuchar. Los pasos del apuro marcaban con dirección a su puerta. Tres golpes lentos y  cuatro rápidos.

-¿Estoy entendiendo mal, verdad? ¿Hay alguna casa por ahí? Recién he regresado al país y no recuerdo absolutamente nada. Debe haber una casa en ese lugar, ¿verdad?- se oía un poco de desesperación.

Si puedes considerar un nicho como casa, pues si, si había una casa ahí.

-Necesito hablar con el señor o la señora Do. ¿Crees que los encuentre en el teatro? Supongo que trabajan siempre allí o ¿están de gira?

¿Teatro? eso ya casi ni existe. ¿Gira? no recuerda eso, nunca ha estado en su familiarizado con aquello. 

-¿KyungSoo? ¿Estás dormido? ¿Me escuchas? ¡Esto es importante! ¡NECESITO CONTACTAR CON ELLOS! Es importante... en serio lo es.

Curiosidad.

-¿Para  qué?- preguntó pegado a la puerta. Su bajo tono se podía perder en la angustia, pero la calma madrugada le permitía se escuchado.

JongIn suspiró.

-Es para un proyecto. Me gustaría que compongan las piezas de una puesta en escena. Todo está claro en mi mente y ellos son eminencias musicales con las que sueño compartir escena. Los necesito de verdad y me encantaría llevar a cabo esto en el teatro de los Do. No sabes todo lo que he hecho para llegar aquí. Todo sea por poder hablar con los Do. Ello- su emoción fue cortada de golpe.

-¡NO! ¡PADRE Y MADRE NO ESTÁN AQUÍ, LA ABUELA Y EL ABUELO TAMPOCO! ¡NO VAN A REGRESAR, NO PUEDEN! NO HAY NADIE, NADIE, NADIE... NADIE. ¡ESTÁS PERDIENDO TU TIEMPO EN SUEÑOS TONTOS! ¿DE QUÉ TEATRO HABLAS? ¡ESO YA NO EXISTE! ¿EMINENCIAS? ¡ELLOS NO SON NADA! ¡NADA!- sus ojos se habían llenado de lágrimas que a fuerza contuvo. No se llora. Pero había sido descortés y malcriado con el otro- Perdón, perdón, perdón... 

-¿Padre y madre? Tú er-

-Por favor váyase de mi casa. Ya le he permitido lo suficiente estar aquí. Le pido por favor que se retire. No hay nadie a quién esperar aquí.

-No, no. ¿Sabes componer?

-No...

-Ayúdame por favor.

-Váyase de mi casa

 -Esto es muy importante. Por favor...

-Disculpe pero eso no me compete.

-¿Nunca has tenido un sueño?

He tenido pesadillas

-Señor JongIn, ¿le puedo contar una historia?

Dos golpes en la puerta.

-Había una vez un colibrí, uno pequeño que no podía volar. Sus alas estaban en mal estado y no servía para nada. Ni siquiera para aparentar entre las flores. El colibrí quería volar, intentaba muy duro hacerlo, pero era inútil. Era deficiente. Y la mejor opción era mantenerlo en una jaula. El colibrí no tenía colores como los otros, no servía y hasta su propia naturaleza lo rechazaba. ¿Quién podría querer un colibrí así? La jaul-

-No me gusta esa historia. No la quiero escuchar. 

-El colibrí no puede volar. No puede volar junto a los que quería y ese era uno de sus pequeños sueños. Dime, ¿en qué se diferencian tus sueños de los del colibrí? Son sueños después de todo, uno necesita despertar.

-Precisamente porque son sueños. Están ahí para realizarlos Tal vez el colibrí no aprendió a volar correctamente.

-Se nace con eso.

-Depende de uno.

-Es la naturaleza.

-No me importa.

-Es por es que estás cegado en un sueño que morirá entre otros

-No voy a dejar que muera.

-Lo hará, señor JongIn.

-No soy un señor.

-...

-Compón para mi.

-Retírese de mi casa.

-Ah, no me voy a ir. Hay un Do después de todo.

-¡No soy lo que mi padre era! ¡No me asemejo a mi madre! ¡No tengo los dotes de mis padres! 

-Más tarde hablaremos de los detalles, ¿si? Desayuna conmigo.

"Mi pequeño colibrí es muy hábil. Eres un pequeño genio".

///

-Mami, ¡escucha, escucha, ya puedo tocar como papá!

-Tu, jamás vas a igualar a tu padre.

El péndulo se balancea, golpea su cordura y las cuerdas atrapan su cuerpo. Es rojo, morado, una tonalidad de azul. Se vuelve gris. Sirenas y una mano cubre su vista.

///


Les dejo algo pequeñito porque este pedacito era importante. Por eso está separado de lo demás. 

Bye-bye~

DO-re-Mi-KyungSooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora