Recordando a un viejo amor

11 3 0
                                    

Narra Akane.....

No podía creerlo, estaba delante de mí leo. Como no se me ocurrió cuando me lo presentó hace unas horas Alejandro, porque no lo reconocí si siempre estuvo en mis pensamientos, fue mí primer amor, desde que recuerdo nuestros padres son amigos, tanto mí padre y el de leo y Alex son amigos desde que eran niños.

Es por eso que Roberto es mi padrino, y mi padre padrino de Alejandro y Leonardo, el difunto padre de Alejandro era el padrino de Emanuel.

Nos miramos por varios minutos a los ojos tanto el cómo yo no decíamos palabra, hasta que mi padrino nos sacó del trance.

- bueno pero que les pasa a ustedes dos.

- nada padre, es sólo que hace años no la veía, es todo.

- si padrino, no pasa nada.

Sentía mí corazón acelerado, tanto que casi me sale del pecho.

- no los entiendo, princesa que haces aquí en la revista.

- por.... porque los médicos me recomendaron tranquilizarme, y vivir cerca del mar.

- ¿como estas enferma? PORQUE RAYOS NO ME LO DIJISTE.

- QUE RAYOS TENDRÍA QUE VER MÍ SALUD CON MÍ TRABAJO.

- YA, tranquilos los dos.

- sabes que, yo no te debo ninguna maldita explicación.

- claro que me la debes eres mí empleada.

- tu empleada.

- si, y veo que fue un error.

Quise darme la vuelta para irme de ahí, pero de repente todo sé puso oscuro y no supe más de mí.



Narra Leonardo.....

Alcance a atraparla antes de que cayera al suelo, que es lo que le pasa, porque estuvo en un hospital. Sentí una opresión en el pecho al verla así tan frágil, en esos momentos sólo quería protegerla, tenerla cerca de mí.

- princesa, princesa despierta, no nos hagas esto mí amor.

Mí padre trató de reanimarla, pero nada daba resultado seguía inconsciente, me siento responsable por tratarla así. Al fin la tengo de nuevo junto a mí y me comporto como un reverendo asno.

- creo que es mejor llevarla al hospital, hay uno a una calle de aquí.

Sin más lleve a Akane en brazos, al abrirse las puertas del ascensor rumbo a la salida, todos nos observaron, pero no me importa, lo único en lo que me concentre fue en ella.

Llegamos al hospital, en menos de dos minutos nos ayudaron, trate de irme con ella pero no me lo permitieron.

- calma hijo va a estar bien ya lo verás.

- si hermano, siempre fue fuerte, saldrá de esto.

- padre me puedes decir porque Akane estuvo en el hospital.

- bien, uno de los clientes de tu padrino, iba molesto porque algo en el contrato de venta no salió como el quería.

- y el le hizo algo.

- déjenme terminar de contarles. Como les decía, ese hombre estaba molesto salió con su camioneta a gran velocidad, sin fijarse y...

- la atropello

- si, aunque no era a ella, sino a su hermano menor Marco, Akane vio todo y sin pensarlo se lanzó a salvarlo, por eso estuvo en el hospital.

- y cuando fue el accidente.

- porque no nos dijeron nada.

- bueno todo fue tan rápido, que no pensé en hacerlo. Además creí que no se llevaban bien, pensé que si igual te decía no te importaría.

Hubo un silencio incómodo, no quería decirle a mí padre la razón de porque desde hace diez años me reúse a volver al viñedo de mí padrino. Lo recuerdo como si fuera ayer, aún éramos unos niños, Emanuel, Alejandro y yo con 15 años, Akane 12 y mi hermana Susan con 9. Como todos los veranos la pasábamos juntos en el viñedo.

Desde siempre vi a Akane sólo como una amiga, la ahijada de mis padres, la chiquilla loca que se comportaba como hombre, siempre quería andar con nosotros, montando a caballo, subiendo árboles, cazando insectos, meternos al río, etc. Todo era genial hasta el último día de vacaciones, yo quería ir al río pero Alejandro y Emanuel no, entonces Akane dijo que ella iría conmigo, no quise al principio pero termine aceptando. Cuando llegamos nos metimos a nadar y nunca había notado lo bonita que ella era, ya que la veía como a una hermana, pero algo en mí cambió. Salimos del agua, y ambos estábamos empapados, tome una araña que estaba en una piedra cercana y sabía que a ella le aterraban, corrí tras ella para para asustarla, pero tropezó y cayó, me asuste mucho el tobillo se le comenzó a inflamar, se quejaba. Cuando me acerqué para cerciorarme de que estuviera bien, no pude resistir esos labios y la bese, tuve su primer beso, creí que se pondría a llorar o a gritar por lo que hice pero no, me correspondió, los dos aún éramos muy jóvenes lo sé, pero me hizo sentir algo extraño no se bien que.

Cuando llegamos a la hacienda todos sé percataron de que Akane se había lastimado, y antes de que pudiera ayudarla el hijo del capataz corrió y la cargo, sentí tanta rabia y más de ver que ella le sonreía muy coqueta, después de ese verano jamás volví a ir, ponía inmensidad de pretextos, y como yo no fui Alejandro tampoco quiso, como dije el es como un hermano para mí y siempre me ha apoyado sin pedir explicaciones.

- familiares de Akane Robinson.

- nosotros doctor, es mi ahijada.

- como esta, que fue lo que le pasó.

- tranquilos ella esta bien, sólo fue una baja de azúcar, me dijo que últimamente no se ha alimentado bien, y llegó el momento en que su cuerpo le cobró factura, pero con algo de reposo y una buena alimentación estará como nueva. Si me disculpan tengo más pacientes que atender.

- podemos verla.

- por supuesto, esta en el cuarto 209, sólo no dejen que se fatigue de más.

- esta bien doctor, muchas gracias.



Narra Akane.....

Desperté y estaba sola en lo que parece un cuarto de hospital, la puerta se abrió entrando un médico, me pregunto algunas cosas, mí rutina diaria y admití no comer saludable desde hace días y me dijo que esa fue la razón de mí baja de azúcar, ya que soy de buen comer.

Minutos después tocan a la puerta y digo que pasen.

- como te sientes princesa.

- mejor...

- nos diste un gran susto pequeña.

- no me digas pequeña Alex, ya no soy una niña.

- jajajaja, hace años que nadie me dice Alex. Ya recordé la salvajita que eras.

- idiota.

Y todos comenzamos a reír, espero el, Leonardo permanecía cayado, sólo me miraba, y yo también lo vi a los ojos, así nos quedamos minutos viéndonos como si el mundo ni nadie existiera sólo nosotros.


NUESTRO DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora