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Investigación

Habían transcurrido alrededor de dos horas desde que Ace se había marchado. Tras aquello decidí no quedarme atrás y empezar con la investigación. Hablé con un par de personas, algunos piratas y otros simples cantineros que me pudieran proporcionar información, pistas o huellas de los movimientos de Barbanegra y su banda. Después de muchos minutos hablando con gente, largos ratos caminando y segundos pateando traseros a quiénes intentaban pasarse de listos, tuve en mis manos cierta información que estaba segura que Ace aún no lograba conseguir.

Invertí otra hora para encontrarlo hasta que lo hallé frente a una tabla de anuncios, donde yacía el cartel de recompensa de varias personas, incluyéndolo a él y a Barbanegra, ah, y a cierto chico con un sombrero de paja.

—Oye, parado ahí donde estás no conseguirás nada. —Le dije.

Giró un tanto su cabeza sólo para verme unos milisegundos y lo vi suspirar.

—¿De nuevo tú? Parece que no me desharé de ti tan fácilmente. —Tras decir eso agachó la cabeza ocultando su mirada tras su sombrero. Entonces aproveché para posicionarme a su lado y observar la tabla de anuncios.

—¿Es ese el hombre al que buscas? —Pregunté mirando el cartel de un hombre feo quién tenía por nombre escrito "Barbanegra".

—¿Qué acaso no lo ves? —Me respondió con una pregunta.

Ignoré su grosería y saqué de mi mochila un mapa de la región.

—Según los pobladores, vieron a Barbanegra en este punto de Ilbertown hace cuatro días, un mercader que fue al sur hace dos días por asuntos de negocios dijo que lo vio discutir con un dueño de barcos y, al parecer después de esto, robó un barco y se fue de Ilbertown junto con su banda. —Exclamé marcando con un plumón los paraderos por los que Barbanegra se había detenido— Podemos ir al sur y...

—Haber, haber, haber. —Me interrumpió Ace a lo que lo miré de soslayo— Aprecio mucho la información que me has dado, de verdad gracias, pero no es "podemos", es "yo iré". Así que ya no te molestes en seguirme. Haberte encontrado aquí fue de gran ayuda, pero estoy en una búsqueda que sólo a mi me concierne, ¿entiendes?

Lo miré con el ceño fruncido y los puños apretados. Me molestaba que fuera tan terco y poco agradecido.

—¿Qué acaso crees que quiero estar cerca de alguien tan desagradable como tú? Ya me cansé, intenté serte de ayuda e unir fuerzas para que esto sea más fácil, pero lo único que consigo es tu rechazo.

—Entonces hasnos un favor y vete. —Me dijo. Y así, sin que se lo hubiera esperado, estampe con fuerza mi puño en su rostro.—¿¡Qué rayos suce...!?

—¡Imbécil! —Lo interrumpí y acto seguido me acerqué hacia el más de la cuenta, a tal punto que nuestras narices se rozaban, pero no me importó en lo más mínimo. Un aura endemoniada me rodeaba en ese momento y nada me impediría descargar mi enojo— ¡No me importa si no quieres mi presencia y tampoco si no te agrado, me han asignado una misión y la cumpliré quieras o no, así que deja de comportarte como un niño! —Lo amenacé— ¡Por qué quieras o no a partir de ahora tendremos una travesía juntos y no me importará jalarte de los cabellos para que me dejes acompañarte!

Ace escuchó cada una de mis palabras en silencio y con cierto...temor en la mirada. Después de todo no lo culpaba, las mujeres podíamos ser aterrorizantes cuando nos enojábamos.

Una misión en dúo. <<AcexPersonaje>>Donde viven las historias. Descúbrelo ahora