Muerta

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Un dolor punzante torturaba la cabeza de la joven de cabellera verde, no reconocía el lugar donde estaba y no podía recordar nada, el que hacia ahí, su nombre, su apariencia, realmente sus recuerdos eran demasiado nulos. Ella giraba la cabeza en todas direcciones buscando respuestas pero no lograba ver nada, el lugar era oscuro y su visión era borrosa; Era extraño, no recordaba tener problemas de vista pero al final de cuentas no podía confiar en su memoria en ese momento.

-¿Qué está pasando?- Se preguntaba para sí misma la joven peliverde mientras tocaba su rostro buscando alguna respuesta a lo que sucedía, un recuerdo fugaz cruzo su mente en ese momento, recordaba como el frio atravesaba su cuerpo y la sangre saliendo de su abdomen pero ahora estaba de pie como si nada.

La chica trato de dar unos pasos con las manos extendidas para evitar chocar con algo pero justo choco con una persona haciendo que ella diera un brinco hacia atrás del susto que casi la hace tropezar pero aquella otra persona la sujeto a tiempo.

-Ten más cuidado, pequeña.- dijo aquella persona, la chica supo que se trataba de un hombre por su voz lo que hizo ponerse alerta. -¿Vendrás conmigo, Lian Meanpreet?- pregunto de nuevo el hombre mientras le extendía la mano de forma educada

  A la peliverde la desconcertó que la llamara "Lian" ¿Su nombre?, cortas y borrosas imágenes pasaron por su cabeza como un rayo de luz, tenía razón ese era su nombre.

-Tranquila, no trates de asimilar todo tan rápido, la muerte puede ser algo difícil de comprender.- Dijo de nuevo aquel hombre al ver que la chica se quedó pensativa

-¿Estoy muerta?- pregunto con pánico en sus palabras la joven

-Así es querida, yo soy un dios de la muerte que ha venido por ti.- le respondió el otro con una pequeña sonrisa que la joven apenas y alcanzaba a distinguir con su borrosa visión. -Tú has sido elegida para convertirte en un shinigami como yo.- hablo de nuevo el extraño sujeto

-¿Yo? ¿Shinigami?- dijo incrédula la pobre joven que aún se mostraba algo insegura, después de todo estaba hablando con un extraño, o un loco de seguro.

-Así es Lian.- respondió de nueva cuenta el hombre. -¿Vendrás conmigo?- pregunto de nuevo volviéndole a ofrecer la mano a la chica

Lian lo dudo, no tenía recuerdos claros y no debía confiar en un extraño así de fácil... pero si ella ya estaba muerta no tenía nada que perder ¿O sí? La inseguridad era inevitable, pero la amabilidad y la calidez en la voz de aquel hombre que la acompañaba le reconfortaban haciendo que confiara aunque sea un poco en él. Dio un suspiro para tomar valor y así finalmente tomar la mano del extraño.

-Puedes confiar en mi.- pronuncio la parca al notar que la joven aun mostraba algo de temor

De nuevo algo dentro de ella le dijo que podía confiar en él. El shinigami sonrió ampliamente mientras que con un rápido movimiento acercaba a la muchacha a él, con su otra mano logro invocar su imponente guadaña.

-¿Cuál es tu nombre?- pregunto ella mientras veía borrosa la silueta de su acompañante

-Mi nombre es Adrian Crevan.- se presentó por fin el peli plata de anteojos mientras usaba su guadaña para abrir una especie de portal.

Lian le siguió a través de este extraño portal, si bien aún tenía algunas inseguridades, ahora sufría mas por preguntas que rodeaban su memoria que aún seguía en blanco. Llegaron al hogar del shinigami plateado en un parpadeo, Lian estaba claramente sorprendida de como avían llegado hasta ahí de forma tan rápida pero decidió no darle mayor importancia, después de todo estaba acompañando a un Dios de la muerte. Ella trató de explorar un poco el lugar pero su visión no fue de ayuda, sentía que en cualquier momento tropezaría con algo. Adrian se volvió a poner delante de ella y acomodo un par de lentes en el rostro de la confundida chica los cuales le permitieron ver con mejor claridad a su alrededor, debía admitir que era una bonita casa y los muebles eran de buen gusto, también logro admirar con claridad el rostro de quien la había llevado hasta aquel lugar, un hombre apuesto con cabellos largos resplandecientes como la plata y ojos verde amarillento detrás de unas finas gafas.

-Estos lentes te ayudaran a ver mejor por ahora, cuídalos bien.- le dijo Adrian con una sonrisa.

Lian se perdió tanto en la mirada como en la sonrisa de quien la avía llevado a aquel lugar, ahora que podía ver con mayor claridad y podía apreciar bien aquel hombre sentía que realmente podía confiar en él.

-¿Quién es ella?- se escuchó en la habitación

Lian giro la mirada para encontrarse con otro hombre de gafas más joven, este de cabello corto color negro y el mismo color de ojos que Adrian, la peli verde lo observo con algo de detenimiento, lucia como alguien de pocos amigos.

-William te presento a Lian Meanpreet, Lian él es William T. Spears.- los presento sonriente el viejo shinigami. -Ambos serán mis pupilos a partir de ahora.-

-Espera un momento, habías dicho que no habría bacantes para secretarias hasta nuevo aviso.- hablo Spears de forma seria

-¿Secretaria?- dijo con algo de ironía Adrian. –Qué cosas tan divertidas dices, yo no perdería el tiempo con una simple secretaria William, quiero que ella se convierta en recolectora de almas.- término con voz alegre pero autoritaria

-¿Recolectora?- hablaron los dos jóvenes al mismo tiempo

-Un segundo, no entiendo que está pasando aquí.- dijo la chica un tanto alarmada al no saber de qué hablaban aquellos hombres

-Recolectar es el trabajo principal de un Shinigami, se recolectan las almas de las personas fallecidas.- explico Adrian como si fuera lo más obvio del mundo

-Tú mismo dijiste que era un trabajo solo para hombres.- agrego William mientras acomodaba sus lentes

-Las reglas son para romperse querido, eso es lo divertido.- respondió el mayor. -No será fácil..., pero será interesante.- dijo sin perder su sonrisa

Lian trataba de procesar la información en su mente mientras veía su reflejo en el espejo que colgaba de la pared; observaba con atención sus ojos que en un recuerdo fugas distinguió de color café, ahora eran color verde, verde amarillento así como los de los hombres que estaban en la habitación con ella. La joven sintió un escalofrió recorriendo su espalda pues algo dentro de ella le decía que las cosas no serían nada fácil desde ahora y tendría que aprender muchas cosas, pero no había vuelta atrás, ya había tomado su decisión y no se retractaría sin intentar.

-No te preocupes querida no es tan difícil como suena, sé que hay potencial el ti.- dijo Adrian al ver duda en la cara de la joven a lo cual ella solo le sonrió.


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Hola a todo el mundo! ^^

Este es el inicio de "Una Flor de la Muerte"

Espero que les guste y le den una oportunidad a esta historia ^^/

Kuroshitsuji - Una flor de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora