Un juicio, té y galletas

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La peliverde no espero ni un segundo, fue directo a la oficina de su hermano en busca de respuestas, Grell era su amigo y quería saber qué era lo que estaba pasando.

-Will, Grell fue llevado a juicio.- Hablo entrando de golpe a la oficina

-Lo se.- Respondió simplemente el gerente quien se encontraba parado a un lado de su escritorio leyendo unos documentos

-¿Y bien? ¿No planeas hacer nada? Grell está lastimado ¿Dejaste que se lo llevaran así?- Dijo un poco alterada la shinigami

-No puedo imponerme ante una orden de los superiores, además bien merecido se lo tiene.- Respondió serio William. -Honestamente, solo él es capaz de hacer semejantes idioteces.- Agrego dándole los documentos que estaba leyendo a la chica. -Abandonar el trabajo por largarse a vivir con una insignificante humana, matar a personas fuera de la lista de muerte, alteración de una guadaña sin permiso y relacionarse con demonios....- La voz de William se escuchaba molesta y ligeramente angustiada, Lian podía notarlo, después de todo lo conocía bien.

-¿Angelina Durless?- Lian pronuncio el nombre escrito en aquellos documentos, escuchaba ese nombre en todos lados pero al fin sabía quién era. -Así que ella es con quien Grell se fue...-

-¿La conoces?- Pregunto sin pensar William quien buscaba algunos papeles en sus estanterías

-Algo así, cuando fui a ver a papá apareció un niño con un demonio y la mencionaron.- Respondió Lian mientras seguía revisando los papeles

-Esa estúpida alimaña, Sebastian Michaelis, solo otra molestia.- Dijo aún más molesto el gerente azotando un cajón que había abierto provocando que su hermana brincara por el susto. -Ese idiota de Sutcliff solo me provoca trabajo extra.- Pronuncio mientras se sentaba en su cómoda silla

Lian se sorprendió por la reacción de su hermano, realmente estaba molesto pero algo dentro de ella le decía que su molestia no era precisamente por el trabajo.

-¿Lo ayudaras, verdad?- Pregunto la parca verde regresándole los documentos

-Debería dejar que lo ejecuten.- Refunfuño bajo William

-Sé que lo ayudaras.- dijo Lian con una pequeña sonrisa

-¿Qué te hace creer eso?- pregunto indiferente William mientras ordenaba los documentos

-Podría decirse que es intuición femenina.- dijo la otra riendo levemente.

William soltó un suspiro algo pesado, Grell podía ser una molestia pero no podía permitirse perder a un fuerte elemento como la parca carmín con la baja de personal que había en la sede, o esa era la excusa que siempre decía cuando el afeminado shinigami se metía en problemas.

-Llegare tarde a casa, necesito ver que pasara con Sutcliff y supongo que no tienes donde quedarte.- Dijo de la nada William entregándole una llave. -Es la llave de la casa, no puedo dejar que te quedes en la calle.-

-Gracias Will.- Dijo Lian sonriendo ligeramente, omitiría el hecho de que se coló en la casa la noche anterior, su hermano no tenía por qué saberlo después de todo. -Iré a hacer mi trabajo, confió en que te encargaras de Grell.- Fue lo último que dijo la peliverde antes de salir de la oficina.

Lian se dirigió de nuevo al mundo humano para realizar su trabajo, tenía un par de muertes programadas, nada fuera de lo común solo otro día normal para un shinigami. Seguir a las personas indicadas por la lista de la muerte y recolectar sus almas en el momento preciso sin cometer error alguno, como era de esperarse la chica siempre realizaba su trabajo impecablemente.

Kuroshitsuji - Una flor de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora