Regreso a Londres

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Años más tarde...

La sede shinigami se encontraba en orden, todos los empleados realizaban sus deberes en orden y forma pero el sonido del caminar de un par de tacones hicieron eco en el lugar llamando la atención de los hombres. Una mujer delgada de cabellos largos verdes era quien avanzaba por el despacho llamando la atención de los hombres que trabajaban ahí, ¿Y cómo no iba a captar miradas siendo ella una hermosa chica que nunca antes habían visto?

La chica, sin importarle las miradas que recibía, se dirigió rápidamente a la oficina del jefe del despacho shinigami, el famoso William T. Spears. Una vez frente a la oficina se dispuso a llamar a la puerta, pero cuando estaba a punto de siquiera tocarla esta se abrió de golpe y de la oficina salió como rayo el shinigami que buscaba.

-Creo que está ocupado.- dijo para si misma la peliverde mientras veía como William caminaba a toda velocidad a la salida del despacho

-Eh... hola.- Le saludo una voz proveniente de la oficina

La chica se giró para encontrarse con dos hombres, uno alto de cabellera rubia con unas trenzas a un costado y otro más bajo castaño siendo este quien la había saludado.

-¿Eres nueva? nunca te había visto por aquí preciosa.- Hablo de forma coqueta el más alto

-Hola.- primero respondió al saludo. -Y no, no soy nueva, mi nombre es Lian, Lian Meanpreet.-

-¿Meanpreet?- Hablo el castaño. -Tu eres Lian, la única chica que logro convertirse en segadora.- decía un tanto emocionado el castaño. -Eres toda una leyenda en la academia, yo soy Alan Humphries y el es mi amigo Eric Slingby es un placer conocerte.-

-¿Una chica segadora? Ja eso no se ve todos los días.- dijo con tono burlón Eric. -Nunca te había visto por Londres.-

La chica estaba por contestar cuando un silbido de asombro la interrumpió, los tres shinigamis voltearon la mirada a un costado por donde llegaba uno más, un joven rubio de lentes de armazón grande.

-No sabía que habría una nueva secretaria ¿Cuál es tu nombre primor?- pregunto seductor el recién llegado

La peliverde en un movimiento veloz invoco su guadaña de la muerte, un par de grandes tijeras de podar, de las cuales una de ellas fue lanzada en dirección del coqueto chico. El rubio logro esquivarlas pero Lian aprovechó la distracción del muchacho para empujarlo contra la pared donde lo inmovilizo dejando las otras tijeras clavadas en la pared haciendo que el filo rodeara el cuello del joven.

Eric fue quien dio un silbido de asombro esta vez, tanto él como Alan quedaron impresionados por los rápidos y acertados movimientos de la chica.

-Es ruda la niña.- dijo con una pequeña carcajada el rubio mayor. -Me agrada.-

Lian quito de golpe las tijeras que aprisionaban a su víctima, tal vez exageró un poco...

-Una disculpa.- hablo la peliverde un tanto seria. -Pero si me vuelves a decir secretaria te quitaré de un golpe esa linda carita tuya.- dijo provocándole un ligero escalofrío al rubio
-Ronald ella es Lian Meanpreet, es una segadora al igual que nosotros, Lian él es Ronald Knox.- les presentó Alan
-¿Es la chica de la que hay tantos rumores en la academia? Quien lo diría, pensé que era solo un mito.- hablo Ronald viendo con atención a la chica de pies a cabeza
-Bueno estuve fuera de Londres por un tiempo, pero ya estoy de regreso.- respondió sonriente la chica. -Por cierto, ¿Saben a donde fue William?- pregunto la chica al recordar que buscaba al gerente
-Spears esta "algo" ocupado, se podría decir que uno de los trabajadores está dando problemas.- respondió Eric
-Ya veo, ¿Saben si regresara pronto? Realmente quiero verle.- pregunto de nuevo Lian
-Ni idea.- respondieron todos al mismo tiempo
-Bueno en ese caso lo esperare en su casa.- dijo resignada Lian
-¿En su casa? Em... ¿Quieres que te llevemos o algo así?- preguntó un tanto desconcertado Eric, muy pocas personas sabían donde era la vivienda del jefe del despacho y era aún más extraño que una chica lo supiera, es más todos los presentes podían jurar que ninguna chica había pisado esa casa antes por el simple hecho de como era de apático el shinigami.
-No se preocupen chicos sé muy bien donde es, incluso se dónde guarda la llave.- respondió con naturalidad la chica. -Los veré mañana.- se despidió mientras les guiñaba el ojo.

Kuroshitsuji - Una flor de la muerteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora