Me llamo Soledad Evans, tengo 17 años y soy la protectora de las cavernas del sur, lo soy desde que tenia 15 años. Talves no llevo muchos años en esto de ser protectora de las cavernas pero creó que ya nada puede sorprender me, soy muy escéptica no creó en muchas cosas que no sean racionales. Sin contar a mis babosas trabajo sola en esto de proteger las cavernas y la razón es que soy una persona solitaria no es porque no tenga amigos, simplemente me gusta estar sola de vez en cuando,mis amigos lo entienden aunque dicen que una vez que empiezo a hablar ya no me callo, pero cuando no quiero hablar es mejor no insistir. Pilar es mi babosa infierno, ella siempre me dice que tengo que ser mas abierta con los demás, y que no tengo ninguna razón para ser tan cerrada; yo solo le respondo que se esta imaginando todo y que se equivoca, aunque se que tiene razón. No se porque soy así pero bueno no le encuentro el problema. Mis padres siempre fueron un poco estrictos conmigo, mi madre fue la protectora de las cavernas antes que yo, ella siempre espero que yo fuera mejor de lo que fue ella, por eso siempre me presiono para que fuera casi perfecta; mi padre por otro lado no me exigía mucho solo quería que fuera feliz.
Sin más que decir empezaré con mi historia:
— Son las seis de la mañana, deja me dormir unos minutos más —dije con una voz adormilada.Pilar me despertó con sus chillidos, trate de ignorarla pero no me dejaba seguir durmiendo. Aveces esa babosa puede ser demasiado insistente.
— Ya me desperté —esta vez hablaba un poco enfadada, no me gusta que me despierten— ¿Por qué me tengo que despertar tan temprano? —quería saber cual era la razón para que me despertaran tan temprano.
Pilar solo se encogió de hombros, si no fuera porque es mi mejor amiga ubiera dejado de hablarle hace tiempo. Como ya no tenia otra oposición me levante de la cama, para dirigirme al baño, luego de arreglarme un poco decidí cambiarme mi ropa ya que aun llevaba puesto el pijama, como siempre me puse unos jeans negros una blusa ajustada de un color aqua que llegaba hasta los codos, mis botas eran negras con detalles blancos que llegaban hasta mis rodillas, y por último me puse mis guantes negros, mi cabello era rizado de un color rubio oscuro siempre lo llevaba suelto lo prefería así.
Cuando ya estuve lista fui a preparar el desayuno, para cuando llegue a la cocina todas mis babosas estaban ahí esperándome.— ¿Qué acaso siempre soy la última en despertar? —mis babosas se miraron entre si, para luego asentir ante mi pregunta— Saben ustedes también deberían dormir un poco más -empecé a bromear, ya que estaba de buen humor.
Ellas solo dieron una pequeña risa por mi broma. Luego de servir un poco de comida para mis babosas, me dispuse a preparar mi desayuno, como soy terrible en todo lo que sea cocinar solo prepare un café con leche.
Cuando termine no tenia nada que hacer, así que me senté a ver la televisión con mis babosas, pero no había nada interesante que ver, debido a eso y que era un día extremadamente tranquilo estaba demasiado aburrida. Hasta que finalmente me llegó un mensaje de que había problemas en una caverna no muy lejana.
— ¡¡Alfin algo que hacer!! —para mi cualquier cosa que hacer es buena.
Pilar me vio con una mirada de: "Enserio, enserio estas feliz porque hay problemas en una caverna".
— Bueno no digo que sea bueno que haya problemas. Pero al menos tendremos algo que hacer, ya me estaba muriendo del aburrimiento
Se que no esta bien alegrarse de los problemas, pero que mas divertido que un buen duelo —aún estaba emocionada por tener algo para entretenerme.Pilar solo rodó los ojos para luego reírse y subir a mi hombro, tome mi lanzadora y a mis demás babosas lo mas rápido que puede. Después de unos pocos segundos estaba lista y me dirigía hacia mi meca bestia, la cual era un tigre de color negro y azul oscuro. El mensaje no decía exactamente cual era el problema, eso no era nada bueno, no me gustaba la idea de no saber a que me enfrentaría.
Luego de unos cuantos minutos llegue al lugar donde se encontraban los problemas, pero no encontré nada fuera de lo normal hasta que encontré a una mujer de unos 30 años, era un par de centímetros mas alta que yo de cabello negro que llegaba hasta los hombros, decidí acercarme y preguntarle si vio algo.
