Capítulo 5

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-¡Skylar! –gritó Derek trayéndome de vuelta a la realidad.

-¿Eh? –emití automáticamente.

Hace un rato que entré al aula para conversar con Derek y de la nada me había hundido en mis pensamientos.

-Es doloroso cuando te hablan y no escuchan –soltó con un tono lastimero que en vez de darme me pena me dio gracia- Mas encima te ríes.

Aquello causó que explotara en risas y de la nada Mary me siguió, Derek al ver aquello se colocó la capucha recostándose en la mesa como el primer día que llegué aquí. Me odiaba por esto, yo era el tipo de persona que comienza a reírse para después no conocer final pero se finalizó al encontrarme de nuevo con el tipo gigantesco.

Este me miró con seriedad para después mostrar una sonrisa de medio lado por mi acallamiento repentino. Le fulminé con la mirada para hacerle desprecio y mirar a Mary que se había percatado de ello.

-¿Tan mal se llevan? –se acercó más a mí.

-Sí, él es demasiado altanero.

Después de haber hablado de eso pero sin meter mi celular que ahora era inexistente las clases terminaron e iba saliendo felizmente del aula junto con Mary e Ivy pero por desgracia sentí que me sujetaban de la muñeca deteniendo mi paso, al mirar hacia atrás desinteresada sentí como una rabia comenzaba a dominarme por ver a Patrick –aprendí su nombre cuando pasaban la lista-.

-¿Adónde crees que vas? –preguntó con miramiento.

-A donde no te importa –solté intentando soltarme de su agarre pero este presionó con fuerza.

Les hizo una seña a las chicas con la cabeza para que se fuesen y estas como unas completas sumisas le hicieron caso, ¡¿Por qué se van?! No debería de hacer lo que les ordena, por un momento pensé que eran mis amigas fieles. De la nada este me comenzó a llevar a no sé dónde tironeándome del brazo llamando la atención de muchos incluso la de Derek a quien le mostré una cara de "ayuda" con un puchero.

-¡Patrick! ¿Qué pasa? –preguntó animado ganándose delante de éste para detenerlo.

Pero pude ver como el castaño le miraba con una mirada asesina para que éste se hiciera a un lado.

-Derek –murmuré herida por su actuar.

¿Acaso le temían? Hasta que comenzamos a bajar las escaleras en donde divisé a un grupo de chicas en donde una muchacha de cabellera fucsia y corto hasta los hombros, nombró a Patrick quien se detuvo a mirarle.

-¿Qué haces? –preguntó dirigiéndome una mirada rápida.

-Eh... -se quedó sin palabras- Arreglando unos asuntos.

Al hablar con ella se había tranquilizado un poco para que esta vez no esté tirándome como si hubiese hecho algo malo, en realidad la curiosidad me estaba ganando, tenía dos cosas que pensar, él respeta más a las mujeres pero lo dudo por el haber tratado de manera descortés a las otras dos y al tratarme a mí, sé que puedo ser su enemiga pero eso no me quita el hecho de que sea mujer, o, le gusta... quién pensaría que una persona como él puede enamorarse aunque cualquiera tiene ese derecho.

-¿En dónde está tu habitación? –preguntó de la nada sin detenerse.

Me quedé pensativa recordando el número de la habitación hasta que este se detuvo y me miró mientras que yo observaba los pasillos intentando recordar el número, ¿cómo se me podía olvidar de la noche a la mañana?

-Creo que...

-¿Creo qué? –me interrumpió- Eso no me sirve.

-Quédate callado y déjame recordar, ¿ok? –solté violenta para que él levantara las manos en forma de "no hice nada"

Arriba, abajo, María, José, Anacleto, uno, dos, tres, cincuenta, veinte...

-Setenta y cinco –solté animada al poder haberme acordado.

Este miró los números de la puerta percatándonos que nos habíamos pasado por once puertas más, sin que esta vez me estuviese manejando fui por mi cuenta buscando el número hasta que la encontré así que no dude en moverme rápidamente entrando a la habitación cerrando la puerta de golpe en su cara.

-¡Skylar! ¡Abre la puta puerta! –gruñía mientras empujaba la puerta pero intentaba ganar todo mi peso en esta para que no pudiese entrar.

-No quiero.

Estuvimos así después de un rato hasta que él se calmó y yo agradecía que se haya detenido porque ya no daba para más, me relajé jadeante aún apoyada en la puerta hasta que se abrió de golpe causando mi caída. Mire hacia él quién no tenía una expresión nada agradable y sentí como un escalofrío recorría mi cuerpo.

-¿Qué es lo que quieres? –me limité a decir mientras me ponía de pie.

-Violarte –soltó como si nada.

Le miré impresionada pero su seriedad era sorprendente, ¿tanta rabia le causó que hiciera lo de antes?

-¿Qué?

-No sé si te acuerdas pero dudo que lo hagas ya que ni siquiera recordabas el número de tu habitación.

-A cualquiera le pasa.

-No importa, debes lavar mi sudadera y el único lugar en donde pueden hacerlo es en el pozo.

Quedé pensativa mirándole ya que no conozco ese tal "pozo".

-Entonces déjame cambiarme de ropa y vamos –exclamé cansada ya que no serviría de nada resistirse.

-No tardes –salió de la habitación cerrando la puerta a sus espaldas.

Lo odio con todo mi ser, ¿quién podría soportarlo? Yo creo que si algún día encuentra novia esta debería tener una paciencia extraordinaria, me chocan las personas como él.


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